El Departamento de Justicia de EEUU anunció este jueves cargos por narcoterrorismo contra las principales figuras del régimen chavista, y ofreció una recompensa de USD 15 millones con informaciones que permitan el arresto y enjuiciamiento de Nicolás Maduro.
El fiscal general, William Barr, señaló que la frontera entre Colombia y Venezuela ha sido tomada por las disidencias de las FARC bajo amparo de Maduro. Por ello, acusó al régimen de tramar una conspiración con las FARC para “inundar a Estados Unidos de drogas”. Barr añadió que se estima que entre 200 y 250 toneladas métricas de cocaína son enviadas fuera de Venezuela por las rutas de la alianza criminal, que equivalen hasta a 30 millones de dosis letales.
“Anunciamos cargos criminales contra Nicolás Maduro por llevar adelante, junto a sus principales lugartenientes, una sociedad narcoterroristas con las FARC por los últimos 20 años. El alcance y la magnitud de la droga traficada solo fue posible porque Maduro y las instituciones corruptas de Venezuela proveyeron protección política y militar para los crímenes de narcoterrorismo”, sostuvo Geoffrey Berman, fiscal federal del distrito sur de Nueva York. Además, sostuvo que la cúpula chavista presionó a otros gobiernos para que permitan el despliegue de la trama criminal.
“Este es solo el comienzo de nuestro esfuerzo para sacar de raiz la corrupción en Venezuela”, sostuvo por su parte Ariana Fajardo, fiscal federal para el sur de Florida. “Tengo un mensaje para los altos cargos del chavismo: la fiesta se les está acabando”, agregó.
El cuadro mostrado por el Departamento de Justicia en la conferencia de prensa muestra una recompensa de USD 15 millones por informaciones que lleven al arresto de Nicolás Maduro.
El Departamento también ofrece recompensas de hasta 10 millones de dólares cada una por información relacionada con Diosdado Cabello, titular de la Asamblea Nacional Constituyente; el general (retirado) Hugo Carvajal Barrios, ex director de la Inteligencia Militar de Venezuela (DGCIM); Clíver Alcalá, General Mayor (retirado) del Ejército de Venezuela; y Tareck El Aissami, ministro de Industria y Producción Nacional. “Mientras ocupaban puestos clave en el régimen de Maduro, estos individuos violaron la confianza pública al facilitar los envíos de narcóticos desde Venezuela, incluyendo el control de los aviones que salen de una base aérea venezolana, así como el control de las rutas de la droga a través de los puertos de Venezuela”, acusaron en un comunicado.
Entre otros funcionarios y dirigentes, también se implicó a Maikel Moreno, presidente de la Corte Suprema, Vladimir Padrino, ministro de Defensa, como principales actores del esquema criminal, y Samark López Bello, un empresario con una serie crímenes vinculados al lavado de dinero en favor de Maduro y El Aissami.
En ese marco, las autoridades también anunciaron cargos contra el ex negociador de paz de la antigua guerrilla de las FARC Luciano Marín, alias “Iván Márquez”, y Seuxis Paucias Hernández, alias “Jesús Santrich”, por colaborar con Maduro para traficar con cocaína.
El encausamiento de un jefe de Estado en funciones es sumamente inusual y seguramente agravará las tensiones entre Estados Unidos y Venezuela. No obstante, Washington no reconoce a Maduro como mandatario, y sí lo hace con Juan Guaidó como presidente encargado. El único antecedente ocurrió en 1989, cuando fiscales de Miami acusaron de narcotráfico al dictador panameño Manuel Antonio Noriega, que fue detenido durante la invasión estadounidense, enjuiciado y encarcelado en Florida.
El Departamento de Estado ha manifestado en repetidas oportunidades sus acusaciones contra las presuntas actividades criminales del chavismo. En los últimos días, el régimen había reclamado el levantamiento de sanciones que pesan sobre la economía venezolana, en el marco de la pandemia de coronavirus, pero Estados Unidos no parece dar su brazo a torcer. “Mientras el pueblo venezolano sufre, esta conspiración se llena los bolsillos con el dinero de la droga y el producto de su corrupción. Y esto tiene que llegar a su fin”, sostuvo Barr.
“¿Cómo sigue el régimen (de Venezuela) recibiendo dinero? Sabemos que este comportamiento es como si se tratara de un cartel. Es como en el pasado, cuando parece que lidera algo que se parece más a un cartel de drogas que a un gobierno”, había dicho en enero Mike Pompeo, jefe de la diplomacia estadounidense. Además, advirtió: “El régimen de Irán, con su brazo armado Hezbollah, está en Venezuela y eso no es aceptable”.
En julio pasado, Washington incluyó al ex vicepresidente chavista Tareck El Aissami en su lista de más buscados por narcotráfico. El Servicio de Inmigración y Control de Aduana advirtió que “desempeña un papel significativo en el tráfico internacional de drogas”. El funcionario de Maduro también es investigado por sus vínculos con el grupo terrorista Hezbollah.
Por su parte, Elliott Abrams, enviado especial de la Casa Blanca para Venezuela, ha manifestado su rechazo a los vínculos de Maduro con la guerrilla colombiana Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con las disidencias de las FARC. “La comunidad internacional debería estar muy preocupada por este peligroso apoyo (de Maduro) a los narcoterroristas”, alertó.