Las rebeliones en las cárceles de Sao Paulo fueron motivadas
por las restricciones a las visitas y salidas temporales de presos adoptadas
por el COVID-19
Al menos mil 350 presos se fugaron este lunes de tres
cárceles del estado brasileño de Sao Paulo, el más poblado del país, después de
una serie de motines motivados por las restricciones de visitas y salidas
temporales por el combate del coronavirus, informaron las autoridades.
La Policía Militarizada (PM) de Sao Paulo indicó que al
menos 400 detenidos se fugaron de Mongaguá, en el litoral del estado; otros 926,
que en su mayoría estaban en régimen semiabierto, en Mirandópolis, interior del
estado, y otros 30 de Taubaté, en la región conocida como Vale do Paraíba.
De acuerdo con la información, en esos y otros centros
carcelarios se registran motines con un número todavía no informado de rehenes.
Las rebeliones fueron motivadas por las restricciones a las
visitas y salidas temporales de presos adoptadas dentro de las medidas para
controlar la propagación del coronavirus.
La Secretaría de Seguridad Pública de Sao Paulo se abstuvo
de informar sobre el número exacto de los presos que se fugaron, pero confirmó
en un comunicado que “están ocurriendo actos de insubordinación en Mongaguá,
Tremembé y Porto Feliz, además del pabellón semiabierto de Mirandópolis“.
El órgano regional indicó que el motivo de los motines fue
“la suspensión de la salida temporal que estaba prevista para el martes”.
“Tanto el Grupo de Intervención Rápida (GIR) como la Policía
Militarizada fueron accionadas y están al frente de la situación” para volver a
capturar a los presos que se fugaron, señalaron las fuentes.
Los motines estuvieron motivados por las medidas para
controlar la propagación del COVID-19 dictaminadas por los órganos judiciales
de Sao Paulo, que decidieron que la salida temporal de los presos con derecho
al régimen semiabierto debería ser “reprogramada por los jueces corregidores de
los presidios”.
La medida fue necesaria porque beneficiaría a más de 34 mil
sentenciados del régimen semiabierto que, retornando a las cárceles, elevarían
el potencial para contaminar y propagar el coronavirus en una población
vulnerable, generando riesgos a la salud de servidores públicos y de los
custodiados”, subrayó el comunicado.
En las cárceles en las que se registraron las fugas decenas
de presos siguen amotinados.
Los medios de comunicación locales han informado de
explosiones y emitido imágenes de detenidos con los rostros cubiertos quemando
colchones.
Las autoridades no informaron si hay rehenes en los motines.
Fuente: López-Dóriga Digital.