Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, dijo que organizará
una fiesta con carne asada para 30 personas con motivo de un partido de futbol,
como ironía contra las medidas de confinamiento y sana distancia tomadas en el
resto del mundo, mientras el sistema de salud brasileño comienza a colapsar.
La situación de contagios de COVID-19 en Brasil llega a
estados alarmantes al ser la nación de Latinoamérica con más casos registrados;
según datos recientes, existen 145 mil 328 confirmados. Es el sexto país
con número de fallecimientos con nueve mil 987 muertes. Sólo ayer se reportó la
defunción de 751 personas.
Ante esas cifras, Breno Monteiro, presidente de la
Confederación Nacional de Salud, declaró que en seis estados (Amazonas,
Río de Janeiro, Pernambuco, Maranhao, Pará y Ceará) el
sistema de salud, público y privado, está colapsando. La disponibilidad de
camas en unidades de cuidados intensivos (UCI) es de 10 por ciento.
“En estos seis estados tenemos un desplome de ambos
sistemas, contratar camas privadas para UCI en estos lugares ya no es una
opción”, afirmó Monteiro.
A pesar de la situación, Bolsonaro se mostró en
contra de las medidas de confinamiento obligatorio que tendrían un gran impacto
en la economía del país. Sus más recientes declaraciones hechas en el
Palacio de Alvorada, sede del Gobierno, luego de pedir las pruebas de COVID-19
realizadas al mandatario, fueron para asegurar la realización de una fiesta con
30 personas cercanas.
Gran parte del gabinete del mandatario no está de acuerdo con las pocas acciones tomadas que muestran un empeoramiento de la situación, con más contagios cada día que llenan los hospitales públicos y privados del país. Sin embargo, Bolsonaro se resiste a cambiar las medidas pues resultaría en un gran impacto económico para Brasil.