La contingencia sanitaria por la presencia del Covid-19 en la entidad mantiene en jaque a los productores de cerdo, cuyas ventas ya superan la caída del 40 por ciento y el precio del kilogramo, que hace un año era de 38 hoy es de 33 pesos, reveló la Asociación Ganadera de Porcicultores de Yucatán.
Las dificultades para exportar carne de cerdo al mercado extranjero, principalmente el asiático, además a nivel Yucatán y nacional, también impacta en el consumo de este producto, por lo que de mantenerse esta tendencia obligaría a pequeños productores a cerrar sus negocios.
A nivel internacional el precio del producto se desplomó en mayo hasta tocar los 70 centavos de dólar por kilo, luego de haber arrancado el año con un importe cercano a 1.70 dólares por kilo.
En entrevista, el presidente de la Asociación Ganadera de Porcicultores de Yucatán, Carlos Ramayo Navarrete, apuntó que en el Estado la tendencia de consumo de carne de cerdo cada día va a la baja, aunque la producción en las granjas no registra impacto negativo por los efectos de la pandemia.
El dirigente de los productores de carne de cerdo añadió que la emergencia sanitaria por coronavirus, junto con la falta de poder adquisitivo de los ciudadanos, han sido los principales factores que merman sus ventas. “Estimamos que se nos fueron unos 30 por ciento de las ventas o un poco más. Significa que tenemos que hacer que los cerdos estén más tiempo en las granjas, tener más alimento para mantenerlos. En los cerdos grandes hay que mantener el peso”, aseveró.
Ramayo Navarrete consideró que la falta de liquidez en varios sectores sociales de la entidad y la región son los factores de peso que originan que los comerciantes y productores de carne de cerdo atraviesen por una de sus peores crisis.
“Cerró el rastro municipal de Mérida por efectos del Covid-19. Aunado a todo eso, la baja en la demanda es la situación económica de la gente. La situación de estar encerrados, sin producir nada y no tener dinero”, dijo.
Señaló que el consumo de carne de cerdo bajó en el país y también en Yucatán desde marzo pasado por la aparición en México de los primeros casos de coronavirus.
Indicó que el consumo de este alimento en la entidad ocurre mucho en taquerías, torterías y chicharronerías, en las que sus ventas que dependen de que las personas trabajen, por lo que a finales de marzo cerraron muchos centros de trabajo y la gente dejó de comer en la calle.