FRANCIA.- “Es esencial planificar con antelación con miras a
garantizar una transición cuidadosa de los alumnos, los docentes y las
familias”, así comienza el comunicado oficial del Conjunto de
webinarios sobre la estrategia para la reapertura de las escuelas tras la pandemia
por coronavirus.
Se trata de un trabajo en conjunto por la Organización de
las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), el
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y el Banco Mundial,
cuyas recientes encuestas refieren que el 7% de los países interrogados ya
han abierto sus escuelas y muchos otros (cerca del 90%) cuentan hacerlo en
cuanto la situación lo permita.
La mayoría de estos preparan planes de estudio de apoyo
o acelerados basados en la evaluación de la experiencia de aprendizaje de
los alumnos durante el cierre de sus escuelas, con miras a garantizar la
continuidad del programa de enseñanza. Sin embargo, estos esfuerzos deben hacer
frente a diversos desafíos, como afirma Gwang-Chol Chang, jefe de la sección de
políticas educativas de la Unesco.
Cuando las escuelas comiencen a abrir, deben estar
listas para acoger a sus alumnos “en el nivel en que cada uno se
encuentre”, declaró Rukmini Banerji, presidenta de Pratham.
Los niños deben ingresar en un entorno acogedor y amistoso
que reconozca la pérdida de aprendizaje y sus necesidades socioeconómicas,
y que despliegue esfuerzos para ayudarlos a reponerse.
En este sentido, los panelistas expresaron la
importancia de identificar las competencias y los conocimientos fundamentales
específicos sobre los que es conveniente concentrarse, en lugar de sobrecargar
a los alumnos con exigencias en materia de estudios y de planes pedagógicos.
Esto permitirá que todos los alumnos, en particular los más vulnerables, se
pongan al día.
Desafíos educativos del profesorado del 2020
Hoy en día, los docentes deben hacer frente a tres desafíos
fundamentales, declaró Tara Béteille, economista principal para la región
del Asia del Sudeste y el Pacífico, que dirige el grupo temático sobre las
carreras y el perfeccionamiento profesional de los docentes, en el Banco
Mundial. El contexto genera estrés, está lleno de incertidumbre, de
presiones fuertes para que los alumnos recuperen el nivel de clase, mientras
que el acceso a las competencias y a los recursos necesarios en tales
circunstancias sigue siendo limitado.
En esta situación, es crucial apoyar a los docentes
durante el proceso de transición al regreso a la escuela y más allá de
este. Béteille declaró que en este ámbito el trabajo del Banco Mundial se
articula en torno a tres principios:
Apoyar la resiliencia de los docentes para
garantizar su eficacia.
Apoyar a los docentes desde el punto de vista de la
instrucción, y
Apoyar a los docentes desde el punto de vista
tecnológico.
Solo la fuerza de trabajo motivada y acompañada podrá
responder convenientemente a las difíciles circunstancias de hoy. Es importante
garantizar la estabilidad de los empleos y salarios de los docentes,
limitar el desgaste profesional de estos mediante iniciativas tales como la
creación de grupos de apoyo estructurados por los homólogos, e invertir en un
apoyo especializado y una orientación para prepararlos para crisis
futuras.
Finalmente los organismos concluyeron que “es necesario invertir más en la formación inicial y continua de los docentes para que se encuentren plenamente preparados y adquieran las competencias necesarias para actuar en caso de crisis. Por otra parte, no solo es necesario proporcionarles herramientas pedagógicas, sino también incitarlos a que las utilicen y hacer todo lo posible para que sepan servirse de ellas para mejorar sus prácticas”, acotó.