Tras participar en una boda en plena contingencia sanitaria
por COVID-19 , un funcionario del ayuntamiento de Ticul fue
despedido por violar el código de ética de la administración.
Así se informó en un comunicado, tras realizarse una “minuciosa
revisión y análisis” del caso.
Cabe recordar que la noticia del acto religioso no solo
alcanzó los medios locales, sino también fue expuesto a nivel nacional
calificándose como un acto irresponsable.
“Si bien se trata de un acto particular bajo las disposiciones
eclesiásticos dentro del estado laico y de respeto… como funcionarios públicos
debemos apegarnos a la ley civil y a los reglamentos internos teniendo plena
conciencia de la situación de salud que se vive”, se expone en el comunicado.
De igual forma, se expuso que como funcionarios deben
apegarse estrictamente a ella, para no poner en riesgo la salud del personal,
mucho menos de la comunidad.
“De no ser así, se puede dejar entredicho la lucha que miles
de personas han realizado para salvar vidas”
Fuente: Por Esto