Es un hecho triste: en muchos países hay personas acusadas de brujería, que son perseguidas y asesinadas, especialmente en África, el sudeste asiático y América Latina. Por este motivo, la organización católica de ayuda Missio ha instaurado el Día Internacional contra la Caza de Brujas: este 10 de agosto se celebra por primera vez, y debería arrojar luz sobre este oscuro capítulo del presente.
Jörg Nowak, portavoz de la organización, ha viajado a los muchos países en los que Missio apoya proyectos de carácter social. Hace tres años escuchó por primera vez, en Papúa Nueva Guinea, que muchos personas en ese y otros países siguen siendo acusadas de brujería, e incluso asesinadas. Desde entonces, Nowak ha recopilado pruebas e incluso fotografías de los perpetradores y publicó un estudio al respecto.
Enfermedad, muerte repentina de familiares, pérdida de cosechas, odio, envidia y codicia: la lista de razones por las cuales la gente acusa a otros de brujería es larga. Tampoco ha cambiado mucho en los últimos siglos. Jörg Nowak deja en claro su punto de vista: "No hay brujas, hay estigmatización de determinadas personas."
En Europa, la época de la caza de brujas duró desde el siglo XV hasta el siglo XVIII. Alcanzó su punto máximo entre 1560 y 1630, según Wolfgang Behringer, historiador de la Universidad del Sarre. El especialista calcula que entre 50.000 y 60.000 personas murieron durante esa época por esa causa. A modo de comparación, menciona que durante aquel lapso, grandes ciudades como Colonia y Hamburgo no tenían más de 40.000 habitantes.
En el siglo XX, sin embargo, el todo el mundo murieron más personas por las consecuencias de ser acusadas de brujería, que en 300 años de la caza de brujas europea: "En Tanzania, entre 1960 y 2000, alrededor de 40.000 personas fueron asesinadas, luego de ser acusadas de presunta brujería. La brujería no es un delito en Tanzania, según el Código Penal, pero a menudo son tribunales extrajudiciales los que deciden que determinadas personas deben ser asesinadas". Se sabe poco sobre las cifras anteriores a 1960.
En entrevista con DW, Behringer afirma: "He llegado a la conclusión de que la caza de brujas no es un problema histórico, sino un problema candente de nuestro propio presente".
"Niños brujos" en el Congo
En Tanzania, principalmente personas con albinismo son acusadas de ejercer la brujería. Según la superstición, algunos de sus órganos pueden usarse con fines medicinales. En Ghana, algunas comunidades atribuyen la causa del nacimiento de un niño discapacitado a supuestas prácticas de brujería.
En el Congo, los llamados "niños brujos" son rechazados por sus familias. En la ciudad de Bukavu, en el este del país, Thérèse Mema Mapenzi, quien colabora en proyectos de Missio, se ocupa de estos niños. Originalmente, instaló un centro para mujeres que fueron violadas por las milicias en el este del Congo. La violación es un arma de guerra común allí.
Pero a medida que más y más niños buscaban protección, Mema alertó a Missio sobre la caza de las brujas. Con el apoyo de la organización, ahora ayuda a estos niños a sobrellevar su trauma, colocándolos en orfanatos y tratando de encontrarles sitio en las escuelas.
Mema Mapenzi se muestra atónita por esta situación: "Hemos conocido varios casos en los que niños son violados y luego ya no los aceptan sus familias. O que nacieron fuera del matrimonio y tienen que vivir con un padre que no los acepta", dice. Estos niños a menudo son rechazados por sus familias, y se les acusa de brujería, como justificación.
Thérèse Mema Mapenzi dice: "Estos niños vienen a nosotros, a menudo los han golpeado hasta sangrar, los han marcado como brujos o tienen otras heridas. Este fenómeno duele. Siempre nos sorprende ver a estos niños totalmente carentes de protección."
Contra la caza de brujas
Iglesias del Congo a menudo fomentan la caza de brujas. Para enfermedades como el sida o condiciones como la esterilidad de la mujer, buscan culpables: supuestas brujas o niños brujos. Ayudar a los condenados no es fácil, dice Mapenzi: "En la ley congoleña, la brujería no se reconoce como un delito porque no hay pruebas. Desafortunadamente, la población toma justicia por propia mano para vengarse y castigar a las personas a quienes llama brujas ".
Mapenzi lucha por abordar los conflictos existentes en la comunidad y reunir a las familias desgarradas por acusaciones de brujería. Organiza mesas redondas, proporciona información. Media dentro de las familias. De vez en cuando logra reintegrar a algunas mujeres y niños a sus familias. Esto puede llevar de dos a tres años y el riesgo de ser nuevamente acusado de brujería nunca puede descartarse por completo.
El primer Día Internacional contra la Caza de Brujas es también un hito para Thérèse Mema Mapenzi. Como Jörg Nowak, también espera que se pueda crear una mayor conciencia de este dramático problema del presente.
(el/er)