Messi vive sus horas más cruciales: enojo por una frase

29 agosto 2020
Noticias de Yucatán. 

El mundo Messi siempre se cerró con llave. Desde el primer día fue amable pero cuidadoso de su privacidad. Hay personajes que rápidamente abren sus casas de par en par a las revistas. Leo fue un personaje top casi desde su aparición. Ya cuando jugaba en La Masía llegaba la información desde España avisando que había un nuevo Maradona. Era un riesgo comprar a paquete cerrado a la distancia. Han pasado muchos jugadores que eran el nuevo Diego y quedaron encerrados en el título ampuloso. Pasa ahora cuando se buscan sucesores a la corona del 10 de Barcelona. Desde el supuesto Messi paraguayo que no fue Iturbe hasta Luka Romero, el chico que debutó a los 15 años en el Mallorca y él mismo se desmarcó con madurez. Aunque en Messi no era la típica exageración. Desde esos primeros años del 2000 cuidó la imagen de su familia al punto que Antonela nunca accedió a una entrevista. El nunca abrió su WhatsApp como fuente de consulta on line. Más ahora, en medio de un pedido de salida del Barcelona y con muchísimos millones de euros en disputa. Por eso se repiten supuestos datos en todo el mundo y es difícil el chequeo. De hecho la mayoría cree que va a aparecer para los estudios PCR y un día antes cerca suyo se atreven a pensar que no irá. ¿Y si Messi no se presenta el domingo en Barcelona?

El cuidado siempre es amigo de la rigurosidad. Más cuando el minuto a minuto de la salida tal vez obliga al volantazo. A veces puede pasar que no existe un error sino un cambio de planes. Va más allá de los buenos modos de Messi. O de su decisión de irse sin un escándalo mayor. Ya hace ruido que envíe un burofax. No quiere esos divorcios en los que se tiran con el cenicero. Igual lo enojan algunos trascendidos. Las redes sociales amplifican en segundos y los rumores se transforman en posible verdad. Ocurrió con una frase que se le atribuye a Leo en un diálogo con Guardiola. El rebote fue instantáneo allá y acá. “Quiero ganar los próximos dos Balones de Oro y esto sólo lo puede hacer contigo”, se puso en boca del 10 argentino. Que Messi no use el “contigo” hasta puede ser un detalle para alguien que habla en rosarino. En el mundo Messi hizo ruido por algo más profundo. Un punto que no entiende ni siquiera un animal competitivo. “El que lo conoce a Leo sabe que jamás pondría un premio individual por delante del equipo. ¿Cómo le va a decir eso a Pep?”, se le restó legitimidad al off the récord. En esa línea le quitó la plena seguridad a que haya foto de Messi tan rápido. Este sábado puede ser un día determinante para definir su actitud. Un guiño lo podría hacer cambiar. O algo en contra que lo empuje a presentarse para presionar.

El guión se escribe arriba del escenario. La frase aplica a la salida de Messi. Una dificultad más cuando apenas se ven unas pocas cartas de un mazo variado. El presidente Bartomeu hace días que arma una puesta en escena tras otra. En su política está en juego su imagen. Nunca se hizo cargo del porcentaje que le toca del 2-8 contra el Bayern Munich. Ni de la decadencia del proyecto futbolístico de las últimas temporadas. Desgaste y papelón del que son muy responsables los futbolistas. Pasa que echan por teléfono a un 9 como a Luis Suárez pero no a un directivo. Ahora el presidente pasó de poner su cabeza a disposición si el 10 se quedaba a filtrar que no hay chance de negociar si no ponen los 700 millones de euros. Utiliza sus influencias para divulgar esas ideas que suenan muy distintas. Seguro que hay un gris cuando todos imaginan a Messi en el Manchester City. Después surgen informaciones de allá y de acá. Jorge Messi sigue en Rosario y aún no asegura que estará el fin de semana en Europa. Se pensaba que entre domingo y lunes se iba a bajar del avión en Barcelona. Puede pasar. Aun cuando se repite la misma respuesta que ante la pregunta de cuándo hablará el 10. “Cuando sea necesario”, insisten. Ese día viajará Jorge. Ese día hablará Messi. Son negociaciones donde no se pone el guiño para anunciar hacia dónde doblan.

Varios periodistas españoles dicen que la imagen del argentino quedó expuesta ante los hinchas. Puede ser un método de presión. Como la famosa reunión de la que se habló todo el viernes. Allá dicen que la pidió Messi con tono piadoso. Del lado de Leo replican que aún no se definió el encuentro. Tal vez piensan que la comunicación más concreta de Leo es el burofax que el martes rompió la paz del Barcelona. Puede ser una chance que sólo se reúnan los abogados. Diferente es el caso de Luis Suárez. El uruguayo tiene un año más de contrato con el club. Su salida se debe resolver con una mecánica diferente. Él analiza alguna oferta y ya se adelantó que no se irán en combo. Son amigos, no gemelos inseparables. Los medios europeos hablan de Juventus a partir de la ventana que se abrió con la salida de Higuaín. Ese punto -pese a no ser un mensaje intencional- abre otra ventana. El enojo de Messi por el destrato de Koeman a su ladero del plantel no lo lleva a decisiones corporativas. Leo busca la mejor salida mientras va haciéndose a la idea de su futuro en otro país, con su familia adaptada a nuevas costumbres. Aunque habrá que esperar cada paso de este partido distinto. Acá también una jugada puede cambiar todo. En fin, ¿el domingo la foto de Messi será con sus viejos compañeros o Messi se quedará en su casa sin salir en las fotos?

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