Este fin de semana, el primero de las vacaciones decembrinas las playas de Acapulco, Guerrero, lucieron llenas de gente que no usaba cubrebocas ni mantenía una sana distancia.
Esto a pesar de que el estado se mantiene en semáforo naranja, que señala un riesgo alto de contagios de COVID-19.
El pasado viernes, la Secretaría de Salud federal informó que Guerrero se quedaría en semáforo naranja hasta el próximo 3 de enero.
Este domingo, el gobernador del estado, Héctor Astudillo, dijo que en un mensaje que esperaba que las cifras de contagios de COVID se mantuvieran estables para que el estado pudiera pasar a semáforo amarillo.
Pidió a los ciudadanos usar cubrebocas y respetar la sana distancia.
Agregó que Zihuatanejo, Acapulco y Chilpancingo estarán en semáforo amarillo por la estabilidad en el número de contagios y por su vocación turística. En estos municipios se permitirá que la ocupación hotelera sea del 70% y no del 50% como en el resto de los municipios.