Colombia está cada vez más devastado no solo por las
movilizaciones en rechazo al cobro de más impuestos, sino porque este intento
se anunció en medio de los efectos de la pandemia, que ha empobrecido a casi 4
millones de colombianos.
Lucas Villa, estudiante de posgrado de la Universidad
Tecnológica de Pereira que recibió ocho balazos la noche del miércoles pasado,
uno de ellos en la cabeza, se ha convertido en uno de los símbolos de las
movilizaciones que cumplen diez días en Colombia.
“El man se mostraba súper alegre, o sea, estaba demostrando
la marcha pacífica que tanto nos han exigido a nosotros”, comentó Manuel Muñoz,
manifestante de Pereira.
“Tengo un dolor de padre enorme, y un dolor de Patria que no
se imaginan”, dijo Mauricio Villa, padre de Lucas.
El intento de reforma tributaria que contemplaba impuestos a
los ingresos, a los servicios, la canasta básica y al transporte, mientras
mantenía exenciones a sectores de altos ingresos, causó indignación en un país
en el que el año pasado 3.6 millones de personas entraron a la línea de la
pobreza por la pandemia.
En los últimos días, los bloqueos carreteros en avenidas y
puentes agudizaron la falta de combustibles y alimentos, también provocaron el
aumento de algunos precios.
El gobierno de Iván Duque convocó al Comité Nacional del
Paro, conformado principalmente por estudiantes y sindicatos, a un diálogo para
el lunes, pero adelantó este viernes conversaciones con la oposición en el
Congreso.
El gobierno reconoce 26 muertos en todo el país, pero Human
Rights Watch afirma tener documentados 36. También denuncia cientos de
detenciones ilegales, heridos y mujeres abusadas sexualmente por la policía.
“Y estamos aquí en memoria de Lucas, de Nicolás, de
Santiago, y a todos los jóvenes que han sido asesinados por el Estado de
debería garantizarles acceso a derechos”, dijo Daisy Aparicio, manifestante.
Fuente: Noticieros Televisa