Noah Ruiz es un
pequeño de 4 años que después de ver pacientemente sus clases a distancia en la
computadora de su mamá el mes pasado decidió que quería comer su bocadillo
favorito: una paleta de hielo en forma de Bob Esponja con ojos de gomita.
Su mamá, Jennifer Bryant, dijo que no podía comprársela ya que una caja con 18
costaba 51 dólares en internet. Sin embargo, días después llegaron 918
paletas, valuadas en 2 mil 618 dólares, a casa de su tía.
Resulta que Noah
se las ingenió para ordenar 51 cajas en Amazon y mandó el paquete de
aproximadamente 31 kilos a casa de su tía. Le pidió muy emocionado a su mamá
que las fueran a recoger, sin comprender la magnitud de lo que había hecho.
¿CÓMO SALDAR LA
ENORME DEUDA?
Bryant, madre de
tres, entró en pánico ya que su trabajo como consejera en una prisión y sus
estudios para ser trabajadora social no le permitirían pagar lo que Noah
había gastado.
Publicó una foto
del pequeño parado sobre las cajas en su Twitter y etiquetó a Bob Esponja y
Nickelodeon con la esperanza de conseguir ayuda. También intentó devolver
los productos y vendérselos a tiendas de helados, pero no tuvo éxito. La
mayoría de las paletas, cientas que Noah no pudo comerse, terminaron
derritiéndose porque no cabían en el congelador de su casa.
La mujer, quien
creía que se había quedado sin opciones, decidió compartir su cómica
historia en un grupo de Facebook de sus compañeros de la Universidad de Nueva
York.
“Si mi colegiatura
llega tarde este mes, esta es la razón,” escribió añadiendo la foto.
INTERNET AL RESCATE
Katie Schloss, una
compañera de clase de Bryant, pidió permiso de recaudar dinero en el sitio
GoFundMe para ayudar a pagar la deuda. Bryant dijo que sí y
miles de personas han hecho donaciones, juntado más de 13 mil 500 dólares
hasta el momento. Varios dijeron ser grandes admiradores de Bob Esponja,
padres que se identificaron con la historia o lectores divertidos por la
historia.
Bryant dijo al
Washington Post que Amazon contactó a la familia después de que la recaudación
se hizo viral y ofreció hacer una donación por el monto de la compra de
Noah a alguna caridad de su elección dado que el costo de las paletas ya
había sido cubierto.
La mujer planea
destinar el resto del dinero a conseguir educación especial para Noah, quien
padece autismo.