LOS HOSPITALES de
Osaka, la segunda ciudad más grande de Japón, están al borde del colapso a
causa de la oleada más reciente del covid-19, la cual he dejado los sistemas de
saludo batallando para encontrar camas, ventiladores y personal para satisfacer
las necesidades del flujo de pacientes.
“En pocas palabras,
este es un colapso del sistema médico”, dijo a Reuters Yuji Tohda, director del
Hospital Universitario Kindai.
“La variante
británica altamente infecciosa y el relajamiento de la alerta llevaron a este
crecimiento explosivo en la cantidad de pacientes”, comentó Tohda.
Aun cuando Japón ha
evitado en gran medida los aumentos masivos del coronavirus que otros países
han enfrentado, una cuarta ola de la pandemia ha abrumado a Osaka, la cual vio
quintuplicarse los casos positivos en semanas recientes, en comparación con las
cifras de hace tres meses.
El monitor del
coronavirus en la ciudad también muestra que las camas de hospital reservadas
para los pacientes con síntomas graves estaban a 83 por ciento de su capacidad
este lunes.
La variante
británica del coronavirus ha resultado ser un nuevo reto para los hospitales de
Osaka, ya que la cepa altamente transmisible hace que incluso los jóvenes se
enfermen con mucha rapidez.
“Creo que hasta
ahora muchos jóvenes pensaban que eran invencibles”, dijo a Reuters Toshiaki
Minami, director del Hospital Universitario Médico y Farmacéutico de Osaka
(HUMFO). “Pero ya no puede ser así esta vez. Todos corren el mismo riesgo”.
Satskui Nakayama,
directora del departamento de enfermería del HUMFO, y Yasunori Komatsu, quien
encabeza un sindicato de empleados regionales, dijeron que muchos trabajadores
en la primera línea están exhaustos por la pandemia del coronavirus y han
dejado el campo mientras las mediciones del covid-19 en Osaka siguen en
aumento.
“Tengo algunas personas en la unidad de
cuidado intensivo (UCI) que dicen haber llegado a su límite”, comentó Nakayama.
“Necesito pensar en un cambio de personal para traer gente de otras alas del
hospital”.
“Algunas de ellas
han acumulado 100, 150, 200 horas extras, y esto ha continuado ya por un año…
cuando están de servicio, a veces se van a casa a la una o dos de la mañana, y
se acuestan solo para ser despertados por una llamada telefónica a las tres o
cuatro”, añadió Komatsu.
Minami explicó que
no son solo los médicos quienes tratan de estar a la par del aumento de
hospitalizaciones, sino también los proveedores de medicamentos, a quienes se
les están agotando recursos esenciales que se les administran a los pacientes
entubados.
A los funcionarios
de salud ahora les preocupa que los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, los
cuales están programados para empezar el 23 de julio después de haber sido
pospuestos el año pasado, solo exasperarán más la situación urgente.
Akira Takasu,
director de medicina de emergencia del HUMFO, enfatizó que el evento podría traer
cepas del virus más nuevas y más severas, incluida una que se halló por primera
vez en India y que se ha declarado como más contagiosa.
“En los juegos
olímpicos, 70,000 u 80,000 atletas y personas de todo el mundo vendrán a este
país. Esto podría disparar otro desastre en el verano”, dijo Takasu.
Las encuestas
también han mostrado que la gran mayoría de los japoneses opina que los juegos
deberían cancelarse o posponerse una segunda vez.
Ante la presión de
cancelar los juegos olímpicos, los funcionarios han respondido acelerando las
vacunaciones, estableciendo metas de 5,000 inyecciones en Tokio y 2,500 en
Osaka cada día. El primer ministro, Yoshihide Suga, dijo que espera que todos
los residentes mayores de 65 años hayan cumplido sus vacunaciones para finales
de julio.
La aplicación de
vacunas en Japón se ha rezagado significativamente en relación con otras
naciones desarrolladas, ya que solo el 1.9 por ciento de su población ha sido
vacunada por completo hasta este lunes.