Detectan riesgo de enfermedad mental por publicaciones en redes sociales

23 junio 2021
Noticias de Yucatán. 

Ana María Freire es doctora en informática y se dedica a extraer datos de millones de cuentas de redes sociales, como Twitter, con el fin de detectar cuando un usuario de estas plataformas genera cierto tipo de contenidos que podrían señalar un trastorno.

“Extraemos patrones comunes a todos ellos (…) solo basado en la publicación de Twitter e imágenes publicadas en los tuits”, explicó, en entrevista con Quinto Poder, la también investigadora y docente de la Universidad Pompeu Fabra, en Barcelona. 

Con la información que obtienen de estos análisis, los investigadores pueden generar mensajes que se publican en redes sociales, específicamente dirigidos a las personas que más los necesitan.

 “Lo que hacemos es crear tecnología, en particular algoritmos de inteligencia artificial, que puedan clasificar a usuarios con algunas de estas patologías”, dice la investigadora, quien forma parte del Grupo de Investigación Web Science y Social Computing.

Por ejemplo, en las vacaciones de Navidad y Año Nuevo recientes, el equipo de Freire trabajó con una asociación española que ayuda a las personas a enfrentar crisis emocionales.

A través de los análisis de sus publicaciones en redes sociales, lanzaron anuncios de una campaña dirigida específicamente a aquellas cuentas correspondientes a usuarios que podían estar en riesgo de trastorno depresivo o de la conducta alimentaria. A través de estos mensajes, las personas que los recibieron podían pedir apoyo emocional.

Freire actualmente se encuentra realizando comparativas entre los meses de confinamiento en 2020 y el año anterior a la pandemia. El análisis sigue en proceso, pero nos adelantó que sí hay más personas hablando de temas como la depresión.

“Estamos encontrando muchos más datos en 2020, en el año de pandemia. Estamos filtrando muchos más tuits relacionados con palabras asociadas a depresión, a tendencias suicidas. El tener muchos más datos incluye que hay más gente tuiteando sobre este tema. ¿Cuánto más?: no sabría decir ahora las cifras exactamente, porque aún no lo tengo registrado, pero es considerable”, indica Freire.

El hecho de que se hable más de trastornos mentales podría tener un efecto positivo, ya que se está visibilizando más la importancia de cuidar nuestra salud mental, de hablar sobre nuestras emociones y pedir ayuda si la necesitamos. También es un reflejo de los retos emocionales que ha traído la pandemia para todos.

Los resultados de la investigación sobre la pandemia están en proceso, pero Freire trabaja desde 2017 con esta tecnología.

Lo que encontraron desde las investigaciones de 2017 y 2018 fue que los usuarios que se calificaron como en riesgo de depresión utilizaban tuits muy breves e imágenes apagadas.

“Son tuits muy cortos, con temas como ‘estoy triste’ o ‘me siento mal’”, dice.

“Veíamos también una pequeña relación con las imágenes que suben y su estado; imágenes que tienden a ser más blanco y negro, menos coloridas, con menos gente”.

Asimismo, hablaban mucho en negativo y en primera persona.

Otros hallazgos interesantes:

La dificultad para dormir fue un común denominador de los usuarios que se consideraron en riesgo de padecer un trastorno mental, independientemente del tipo de trastorno.

Siete de cada 10 personas en riesgo de tener trastorno de la conducta alimentaria eran mujeres y la mayoría eran adolescentes, de entre 13 y 20 años.

Los usuarios con riesgo de depresión hablaban de temas relacionados con la soledad, la autoestima, problemas de pareja, información sobre antidepresivos e insomnio.

Las personas con riesgo de manifestar tendencias suicidas escribían más sobre abuso de sustancias, autolesiones, bullying y abuso sexual.

Las mujeres suelen hacer más publicaciones sobre depresión y de temas relacionados con el suicidio que los hombres. Sin embargo, en la vida real se suicidan más hombres.

El respeto a la privacidad

La información relacionada con nuestra salud, y en este caso particular, con la salud mental, es de las que con mayor cuidado deberíamos resguardar. Por ello, los investigadores que trabajan con estos datos no pueden identificar a usuarios específicos, sino que trabajan con códigos.

“Sacamos datos de Twitter, que generalmente son posts de cuentas abiertas -no cerradas- y los anonimizamos completamente. No sabemos quiénes son los usuarios”, explica Freire.

Con la finalidad de que los datos personales de cada usuario de internet sean resguardados, los programas de estadística convierten nuestra identidad en códigos alfanuméricos que no se pueden relacionar con una cuenta particular.

“Todos nuestros datos están completamente anonimizados. No podemos, por temas éticos y legales, identificar a los usuarios. Incluso traducimos los tuits para que no se vuelvan a identificar”, explica Freire. 

Si quieres conocer recursos para cuidar tu salud mental, consulta esta lista de cursos gratis en línea.

Si estás pasando por un momento difícil y quieres apoyo emocional, puedes llamar a SAPTEL  (55) 5259-8121.

Fuente: Quinto Poder

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