Madrid. No se conoce su nombre. Sólo se sabe de ella
que tenía cinco años, que zarpó en una pequeña patera -una embarcación de
madera rudimentaria- desde un puerto de Mauritania o el Sahara junto con otras
30 personas, que estuvo 17 días a la deriva, sin comida ni agua, y que cuando
fue rescatada por un helicóptero del Ejército español su situación ya era
crítica.
Durante el vuelo entró en parada cardiorespiratoria y murió
en el aire, unos minutos antes de llegar al hospital de las Islas Canarias
donde ya estaba preparado el dispositivo sanitaria para atenderla.
La historia de esta pequeña de cinco años es otro drama más
que se suma al larguísimo historial que se acumula en las aguas del Atlántico,
en la frontera entre África y las Islas Canarias, ya territorio español. Se le
conoce como la “ruta canaria” de la migración africana a Europa, donde cada año
intentan llegar a las costas soñadas miles de personas, pero también muchas de
ellas se quedan en el viaje. O son tragadas por el mar o simplemente
desaparecen y se pierde su rastro. Se calcula, aunque son cifras difíciles de calcular,
que en lo que va de año ya han muerto entre 130 y 160 personas en esta ruta
migratoria, según los registros del Alto Comisionado de Naciones Unidas para
los Refugiados (Acnur).
El caso de la pequeña de cinco años se ha reconstruido con
los testimonios de los propios equipos de rescate y algunos compañeros de
embarcación, que sobrevivieron a la travesía. Al parecer la patera se hizo a la
mar desde Nuadibú (Mauritania) o Dajla (Sahara), dos de los puertos más
habituales para iniciar la travesía rumbo a Canarias. En la embarcación iban 35
personas, entre ellos mujeres embarazadas y niños. No se sabe si por la fuerza
del mar perdieron la orientación o simplemente fueron arrastrados, pero el caso
es que se quedaron a la deriva, sin rumbo ni dirección, y así estuvieron
durante 17 días, cuando fueron vistos por un mercante, el Cape Taweelah, que
fue el que rescató a las 35 personas de la embarcación y les dio los primeros
auxilios.
Esto ocurrió el pasado martes, que fue también cuando la
tripulación del mercante se percató de que tanto la niña, como una mujer y un
hombre adulto ya se encontraban en una situación crítica. Al borde de la
muerte. Así que llamaron a las autoridades españoles, que de inmediato enviaron
un helicóptero del Ejército del Aire para la evacuación, que se llevó a cabo
durante la noche del miércoles. Pero ya en vuelo, cuando estaban recorriendo
los 500 kilómetros que les separaba del hospital de Las Palmas, la pequeña
entró en parada cardíaca. Se le intentó reanimar, pero los esfuerzos fueron
inútiles. Murió en el aire. La mujer, que también entró en colapso
respiratorio, logró llegar con vida al hospital, donde permanece en situación
de extrema gravedad, al igual que otro hombre rescatado.