El coronavirus, covid-19, sigue arrebatando la vida de
miles de persona a nivel mundial. Y es que pese a que las vacunas ya se están aplicando en diferentes partes del mundo, lo
cierto es que no todos han tenido acceso a éstas. Tal es el caso de un niño de
10 años de Reino Unido que tuvo todos los síntomas del contagio por covid-19 y
que como secuelas, según informó su familia, pudo desembocar que quedara muy
débil a tal punto de no poder caminar. Te contamos esta historia que ha dado
mucho de qué hablar y que ha volcado las miradas internacionales.
La historia de Jacob Parish -oriundo de New
Waltham, en Lincolnshire, Reino Unido- se dio a conocer mediante medios locales e internacionales. Según
lo reportado en estos, fue desde marzo cuando el niño está en espera de que los
médicos le den un diagnóstico sobre el problema que lo ha dejado en sillas de
ruedas.
Según indicó Victoria, madre del pequeño –testimonio que
recoge el Clarín del sitio Grimsbytelegraph– ella cree que Jacob se contagió de
covid-19 después de que su padre –Steve– diera positivo al covid-19. Cuando eso
sucedió todos se aislaron. Todos se hicieron la prueba, menos el niño, aunque una semana después de todo
comenzó a sentir síntomas.
Por ello, tuvo que someterse a una prueba. Sin embargo, los
resultados fueron negativos. Esto a pesar de que tenía síntomas típicos del
covid-19, entre estos la fatiga. Además empezó a tener mareos cada que se ponía de pie e incluso al tener un ligero
movimiento de su cabeza.
Ante este extraño caso, la madre de familia se encargó de
iniciar su propia investigación. Ella cree que Jacob podría tener el síndrome
de taquicardia postural (PoT), el cual pudo derivarse del covid-19.
“Es muy difícil cuando tu hijo no está bien. Todos sus
resultados dicen que es un niño sano de 10 años, pero claramente no lo es. Ha
sido como caer por un agujero negro a gran velocidad y no poder
controlarlo", contó la madre de Jacob a Grimsby Live.
Sin embargo, los problemas para Jacob no terminaron ahí,
pues según Victoria el estado de su hijo se hizo más grave cuando el pequeño
empezó con las dificultades para caminar:
“Estaba bajando las escaleras un día y caminaba muy
divertido. Dijo que tenía hormigueos en las piernas y, a veces, en los brazos y
las manos. Y describió tres cosas: una pierna muerta, hormigueo y dolores punzantes", explicó
al mismo medio citado.