El pasado 19 de junio, durante una batalla campal por las calles de Reynosa (Tamaulipas), los sicarios bajo el ala del líder criminal apodado el Maestrín y/o Miguelito 56, miembro de la célula delictiva Los Metros —del Cártel del Golfo— sacaron a relucir lo mejor de su artillería: fusiles, pistolas, y cientos de balas de grueso calibre, que lograron abatir a al menos 15 personas.
Los hechos ocurrieron el pasado sábado a las 12:45 horas, cuando hombres que viajaban abordo de tres vehículos repartieron tiros al azar a albañiles, conductores, taxistas y también narcotraficantes.
Sus metralletas resonaron por primera vez en la brecha El Berrondo, donde los sicarios decidieron arrebatarle una camioneta Murano a un joven que viajaba junto a su familia. Los gatilleros acribillaron al muchacho y luego a sus padres. Metieron en la cajuela de la unidad a dos mujeres, que también estaban abordo del vehículo.
El comando siguió por las calles de Almaguer, una de las más peligrosas de Reynosa. Los asesinos dispararon contra unos albañiles que hacían reparaciones. Según los reportes, mataron a tres e hirieron a dos.
En aquella misma avenida ejecutaron a un taxista que quedó en el volante de su Nissan y también al conductor de una Jeep, quien también se reportó sin vida.
El recorrido fue de tres colonias más: Lampacitos, Unidad Obrera y Bienestar. Tan sólo esa tarde, Tamaulipas contó 15 civiles abatidos.
Juan Miguel Lizardi Castro, alias el Maestrín —un líder criminal hasta este sábado de bajo perfil— es identificado como uno de los operadores del Cártel del Golfo. Este hombre, según uno de los sicarios que habrían participado en la masacre, envió a células delictivas del CDG, a Reynosa, un territorio controlado —en su mayoría— por la banda delictiva Los Metros.
En 2018, el Maestrín fue incluido en la lista de los criminales más buscados que hace el gobierno tamaulipeco en colaboración con las autoridades de Texas (Estados Unidos). Se le busca por ser el responsable de cientos de asesinatos en la frontera chica.
Entre los matones se encontraban integrantes de Los Ciclones y los Escorpiones. El primer grupo criminal es liderado por José Alfredo Cárdenas Martínez, alias el Contador, sobrino de Osiel Cárdenas Guillén, fundador del Cártel del Golfo.
La salida de la cárcel del Contador —liberado mediante artilugios legales—, provocó un reacomodo al interior de la organización criminal de su tío. Este hombre ordenó a Los Ciclones calentar la plaza de Reynosa, identificado como base de operaciones de la célula delictiva Los Metros.
Los expertos advierten que lo que sucedió el pasado fin de semana de cazar gente al azar sólo da un aviso: Francisco Cabeza de Vaca ya no gobierna Tamaulipas.
Para los analistas en seguridad, el desafuero al mandatario estatal, para poder imputarle formalmente los delitos delincuencia organizada, lavado de dinero y defraudación fiscal, ha provocado la disputa entre células criminales.