El Centro Nacional de Huracanes de
Miami (CNH), Estados Unidos ha pronosticado que en agosto y octubre se
formarán más huracanes. Y aunque en julio se tuvieron las condiciones, por
la baja densidad del polvo del Sahara y una débil canícula, la presencia de la
oscilación Madden Julian (ENJO) impide que se forme algún ciclón.
Juan Vázquez Montalvo, meteorólogo del Comité Institucional
para la Atención de Fenómenos Meteorológicos Extremos (Ciafeme) de la Uady,
dijo que a diferencia del año pasado, en julio se han registrado lluvias
intensas, un panorama “raro” porque debieron bajar de frecuencia.
“Esto se debe a que la canícula, al menos para la Península
de Yucatán, empezó este año un poco adelantada ya que debería ser del 15 de
junio al 15 de agosto, la cual presenta una intensidad de débil a moderada,
esto porque la alta presión del Golfo de México que la genera ha tenido
oscilaciones a la baja”, explicó.
Esto provoca la formación de nubes y lluvias, que se
complementa con el paso de ondas tropicales provenientes del Mar Caribe, que
para el especialista es preocupante porque están demasiado activas tanto en
frecuencia como en intensidad.
Es otro de los factores por los que en julio fue poca y
tardía la presencia del polvo del Sahara, que también ha sido moderada en
frecuencia por la presencia de lluvias en esa parte del mundo.
“El polvo del Sahara le roba humedad al ambiente y resta
densidad a las nubes, pero principalmente le quita energía a los ciclones
tropicales y les inyecta aire seco que los debilita e incluso los disipa”,
comentó.