El gobierno de Sebastián Piñera dijo hoy que nadie se
apropia de lo que le pertenece al responder a un comunicado de Argentina que
acusa a Chile de querer adueñarse de una parte de su territorio marino y de la
plataforma continental que ha generado tensión entre las dos naciones vecinas
de Sudamérica.
Ambos países han apelado al diálogo para resolver sus
diferencias, generadas tras la actualización de una carta en la que Chile
determinó recientemente un nuevo límite exterior de 200 millas marítimas en la
zona del mar austral, al este del Cabo de Hornos, desde Punta Puga.
El canciller chileno Andrés Allamand admitió en rueda de
prensa que existen diferencias de conceptos en torno a estos territorios.
Afirmó que para su país se trata de una cuestión de estado y que ha sido
avalada por presidentes y cancilleres anteriores.
"El paso que hemos dado es uno más en una secuencia que
tiene una trayectoria histórica”, afirmó.
El conflicto se refiere a una medialuna de más de 5 mil kilómetros
en la que hay una plataforma continental y una superposición de intereses entre
lo que declaran ambos países sobre una zona de 5 kilómetros cuadrados
aproximadamente, según declaró a medios locales el presidente chileno Sebastián
Piñera.
El gobierno de Alberto Fernández envió recién un comunicado
a través de la cancillería en el que señala que “la medida intentada por Chile
pretende apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina y de
una extensa área de los fondos marinos y oceánicos, espacio marítimo que forma
parte del Patrimonio Común de la Humanidad” en conformidad —indicó— a lo
aprobado por la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho al Mar.