Aunque popularmente los gatos tienen una fama plenamente asentada de ser ariscos y extremadamente independientes, lo cierto es que quienes conviven con estos felinos acaban desarrollando y manteniendo una relación de complicidad muy especial. Tal vez el éxito de los gatos, a la hora de convertirse en unas mascotas tan queridas por los humanos, se deba a que su cariño no es evidente ni instantáneo, sino que se muestra de forma sútil, gradual y llena de encanto.
Lo primero y más importante para que un gato haga una demostración de amor es que debe sentirse totalmente relajado, sin temores ni alertado por sus instintos. Este es uno de los condicionantes que evita que los gatos sean más cariñosos, su mente de cazador le obliga a estar siempre alerta, sus instintos no descansan, y su en deber prima el territorialismo a las demostraciones de amor.
¿Qué significa el amor para los gatos?
Como siempre que hablamos de sentimientos puramente humanos (como el amor, los celos o el enfado), si definimos qué es el cariño para los gatos y para los perros encontraremos que ambas cuestiones están basadas en la supervivencia. Por un lado, los perros demuestran cariño como una forma de cohesión al grupo, como reafirmación de la lealtad, lo cual es muy evidente porque son animales de manada y todos sus actos los basan en eso. Por otro lado, los gatos demuestran el cariño demostrando posesión: si un gato te dice que te quiere lo que realmente te está diciendo es: "tú me perteneces".
Sin embargo, signifique una cosa u otra, lo cierto es que el cariño, aprecio, amor (o como le queramos llamar) que demuestran los gatos sí es compromiso y predilección. Un gato solo querrá a quién se porte bien con él, con quién se sienta en perfecta sintonía y tranquilidad. De hecho, los momentos en los que mostrará sus sentimientos serán aquellos donde, gracias a ti, no haya estímulos invasores. Decirte que te quiere, en lenguaje de gatos, también significa: gracias por hacerme sentir pleno (saciado, protegido, relajado…). ¿Y acaso no debería ser así también el amor humano?
Lenguaje de 'signos' felinos
Los gatos no montan una fiesta cuando llegas a casa tanto como lo harían los perros, pero también muestran su alegría. Es una emoción más contenida, mucho más sigilosa. Les gusta restregar su cuerpo contra tus piernas y rodearte con su cola. Esto demuestra cercanía, interés y deseo de percibir el cuerpo de su humano de referencia. Pero también posesión. Como te decíamos antes, en ocasiones los gatos tienen impulsos de amor que realmente son demostraciones territorialistas. ¿Sabías que cuando un gato se frota contra tus piernas lo que pretende es impregnarte de sus hormonas para que quedes marcado? Lo que pasa es que tu altura no le permite llegar hasta la cara.
Una vez que te sientas y el gato accede a ti frotando sus mejillas contra las tuyas, o te da golpes con la cabeza, consigue aquello que rebozándose contra tus pies no consiguió: sembrar el rastro de sus hormonas en una zona más sensible y destacada: tu cabeza. Eso no significa que no te tengan cariño, claro que sí, jamás harían eso con un desconocido o con alguien a quién no valorase de verdad. Se necesita una relación muy íntima para llegar a esto.
Como sabes, los gatos logran esforzarse lo suficiente como para vocalizar. Los maullidos son la respuesta felina a nuestra forma de comunicación. Cuando un gato maúlla lo que realmente está intentando es parafrasear nuestra forma de hablar, consiguiendo con su garganta un sonido que a él le suena a idioma humano. Esto lo hacen únicamente para comunicarse con nosotros, entre los gatos jamás maúllan, y tampoco lo hacen a otros animales. Si tu gato maulla muy a menudo, ten en cuenta que se quiere dirigir a ti y solo a ti, eso también es una forma de amor.
El signo felino del amor verdadero
Una de las muestras de amor más bonitas y sinceras de los gatos es el contacto visual que establecen con sus humanos de referencia, cuando entornan sus párpados y, mirándote, parpadean lentamente. Esto es mágico, es una demostración pura y sincera de que son extremadamente felices a tu lado. Y lo más interesante: si tú repites este gesto con tus ojos, parpadeando lentamente y manteniendo los ojos entornados, ellos se darán por aludidos y comprenderás que tú también les quieres.
Por otro lado, si en ocasiones percibes que tu gato se vuelve algo violento y se pone a amasar tu cuerpo o a morderte, no temas, probablemente se trate de otra demostración de afecto. Cuando los gatos sienten afinidad por otro ser, generalmente otro gato o un humano, lo demuestran con su instinto de devoración, que también tenemos implantado nosotros como mamíferos. Es un impulso de comer aquello que nos produce felicidad, como si al morderlo e ingerirlo fuéramos a obtener una consecución superior del amor que sentimos.