La muerte en los últimos días en un hospital de La Habana de ocho bebés prematuros y con bajo peso -cuatro de ellos presuntamente con sepsis- puso el foco en el estado de la sanidad pública cubana, uno de los pilares de la revolución socialista de 1959.
Dolores y su esposo Germán –nombres ficticios– no se imaginaron lo que el Ministerio de Salud Pública (Minsap) informaría sobre lo que pasó en el hospital en el que nació su hijo hace apenas unos días. Hasta antes del comunicado, solo les quedaba la mala experiencia que vivieron en el centro conocido como “Hijas de Galicia”.
“Solo al tercer día de estar ahí pasaron a limpiar su cuarto, que compartía con otra persona. Ya a las 10 de la noche no había ningún médico por si te daba algún dolor”, cuenta Germán.
Un día antes de que dieran de alta a Dolores, la pareja se enteró de que cuatro recién nacidos habían muerto ahí. “Se podrá imaginar que, a raíz de eso, todas las mamás se estaban yendo de alta por su propia cuenta”, lamentó.
El Minsap, que ha reconocido un aumento de las complicaciones en neonatos desde “la segunda quincena de diciembre”, aseguró que tras las ocho muertes de recién nacidos “se han adoptado medidas para hacer frente” a la situación.
El caso del “Hijas de Galicia” no es una anécdota. Los expertos coinciden en advertir del deterioro del sistema sanitario de un país visto durante décadas como una potencia sanitaria.
Un análisis del economista cubano Carmelo Mesa-Lago, publicado en el medio independiente El Toque y que toma cifras de los anuarios estadísticos oficiales, el Gobierno ha recortado desde 2007 el gasto social para ajustarlo a su capacidad económica.
Mesa-Lago dijo que redujo de forma importante los recursos para la financiación en asistencia social y la sanidad pública.
De acuerdo con el anuario estadístico de 2020 del Minsap –el último disponible–, Cuba cuenta con más de 90 médicos por cada 10 mil habitantes, prácticamente el triple de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sin embargo, Mesa-Lago explicó, que alrededor de la mitad de los médicos de familia está en el extranjero. La exportación de servicios profesionales, sobre todo sanitarios, es la principal fuente de divisas de Cuba, por encima del turismo y las remesas.
El profesor emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh (Pensilvania, EU.), también subrayó que el número de hospitales decreció entre 2008 y 2021 un 32 por ciento, según las cifras oficiales.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (Onei), Cuba invirtió entre enero y septiembre de 2022 quince veces más en construcción de hoteles y otras actividades inmobiliarias que en servicios sociales y salud.
El deterioro del que habla Mesa-Lago no son solo cifras. Muchos cubanos han tenido o conocen a alguien con una mala experiencia. El estado de los hospitales es, en muchos casos, evidente a simple vista.