Las redes sociales son un espacio donde actualmente podemos encontrar cualquier tipo de información, en especial cuando de quejas se trata. Como la historia de una repartidora que se quedó con el pedido de comida que le pidieron luego de ver cuánto le daría el cliente de propina.
La propina es una manera de gratificación del consumidor por el servicio recibido; esta debe ser destinada única y exclusivamente al personal que sea parte de la cadena de servicios y no a la marca o empresa.
Las propinas se dan sobre todo en los sectores gastronómicos, hotelería y algunos transportes, entre otras prestaciones. Es por eso que, una investigación del economista Ofer Azar calculó que, en 2007, en la industria de restaurantes en el mundo se otorgaron 42 mil millones de dólares en propinas a los empleados de servicios.
En ese sentido, en muchos países el pago de la propina es obligatorio, ya que hay lugares donde existen incluso leyes que la regulan, como en Estados Unidos, donde rondan el 20 por ciento del consumo, pero en Japón, por ejemplo, es considerado de mala educación y puede tomarse como un acto de superioridad hacia los trabajadores.
La historia
A través de un video en YouTube, se hizo viral la historia de una repartidora de comida de la aplicación de DoorDash que, al descubrir que el cliente le daría una propina que ella consideraba injusta, se llevó el paquete de regreso y no se lo entregó.
Se pudo conocer que los hechos, habrían ocurrido en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos, donde la actitud de la repartidora fue grabada por una cámara de seguridad.
En la grabación compartida se escucha que el cliente sostuvo con la repartidora una plática luego de qué ella permaneciera en la puerta de la vivienda para entregar la comida.
En ese sentido, se puede escuchar a la mujer solicitar hablar con el cliente, donde dice que ha viajado más de 40 minutos para entregar su pedido, por lo que consideró que una propina de ocho dólares, unos 144 pesos mexicanos, no es la adecuada para ella.
“¿Puedo hablar contigo?. Creo que no te has dado cuenta de dónde he venido, así que necesito conversar contigo”. Según la repartidora, sostuvo que manejó cerca de 40 minutos.
Asimismo, el cliente continuó alegando, explicando que el negocio donde él hizo su orden está a unos 15 o 20 minutos de su domicilio en auto. Pero dicha situación fue negada por la mujer, quién le dijo que el local estaba a unos 19 kilómetros de distancia.
