Los rumores resultaron ciertos; el presidente Andrés Manuel López Obrador sí sufrió un infarto y se encuentra fuera de peligro, pero también es verdad que dio positivo a COVID, confirma el periodista Raymundo Riva Palacio.
“El Gobierno no mintió cuando dijo que el presidente Andrés Manuel López Obrador tenía COVID-19. Lo que ocultó es que el virus le produjo un infarto”, revela hoy en su columna Estrictamente Personal.
Desde que se supo por medios locales de Yucatán, donde el Presidente andaba gira el fin de semana, que López Obrador se desvaneció, los rumores sobre su estado de salud no pararon.
Quienes atendieron la crisis fueron el vocero presidencial, Jesús Ramírez, y el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, pero ambos fracasaron en el intento ante el uso de mentiras que pronto fueron desmentidas y de argumentos sin sustento.
“Ni su vocero Jesús Ramírez Cuevas supo cómo actuar el domingo, ni el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, tuvo las luces para atajar los errores cometidos en la víspera y administrar el difícil momento por el que atraviesa el gobierno”, refiere el periodista.
Ayer, tras no poder frenar las especulaciones y las presiones de los medios de comunicación sobre la salud del Presidente, fue convocada una reunión de emergencia de al menos la mitad del gabinete a Palacio Nacional, revela Riva Palacio.
Detalla, de acuerdo con información de fuentes gubernamentales, que “estaban reunidos los responsables de seguridad, economía y salud”.
“Hasta anoche no estaba claro cómo iban a informar hoy por la mañana, ni tampoco si aceptarían que el Presidente había tenido una afección cardíaca seria, pero que lo tiene por ahora fuera de peligro”, refiere el columnista.
FILTRACIÓN REVELÓ DELICADA SALUD DEL PRESIDENTE
No es la primera vez que López Obrador sufre un cuadro complicado de salud y se ha ocultado a los mexicanos, incluso ha sido hospitalizado de emergencia.
Una de esas ocasiones se supo gracias al hackeo que Guacamaya Leaks hizo a correos de la Sedena. Los documentos filtrados dejaron al descubierto que el 10 de enero del 2022, el Presidente tuvo que ser trasladado de emergencia en helicóptero desde Palenque, Chiapas, a la Ciudad de México e ingresado al Hospital Central Militar.
Días después, el 21 de enero, el mandatario fue nuevamente ingresado al hospital militar donde se le practicó un cateterismo y al día siguiente fue dado de alta. Desde esa fecha hasta septiembre del 2022 había recibido 28 terapias físicas.
PÉSIMO MANEJO DE CRISIS
El analista político Raymundo Riva Palacio critica el manejo de la crisis hecho tanto por Ramírez Cuevas como por López Hernández.
El primero recurrió a la mentira apenas se difundió que la tarde del domingo el Presidente había cancelado su gira en Yucatán y regresado a la Ciudad de México.
El vocero “aseguró que el Presidente no estaba mal de salud y continuaría su gira”, pero “el propio López Obrador lo desmintió en un mensaje en Twitter” donde dijo que había dado positivo a COVID.
Por su parte, el secretario de Gobernación, señala el periodista, con sus declaraciones en la mañanera de ayer lunes estimuló las especulaciones.
“En lugar de administrar la crisis y aplacar los rumores confrontándolos con datos, el secretario los incentivó. Dijo que López Obrador regresaría a la mañanera en ‘dos o tres días’, lo que tampoco tranquilizó, sino que estableció una medición para continuar con la especulación”, indica.
Hasta ayer en la noche, de acuerdo con Riva Palacio, no se sabía si en esta mañanera sería el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell o los médicos que atienden al Presidente quienes informarían sobre su salud.
“Tampoco se sabe si revelarán en dónde está siendo atendido −Palacio Nacional o el Hospital Militar−. Menos aún si reconocerán públicamente que, en efecto, tuvo una afectación cardiaca como resultado del virus del COVID”, añade.