Es natural que, con el paso del tiempo, algunas de las funciones que el organismo realizaba con efectividad en la juventud se ralenticen o deterioren. Esto explica por qué los adultos mayores pueden presentar con más frecuencia algunos padecimientos en comparación con el resto de la población.
“En todo el mundo, las personas viven más tiempo que antes. Hoy, la mayor parte de la población tiene una esperanza de vida igual o superior a los 60 años. Todos los países del mundo están experimentando un incremento tanto de la cantidad como de la proporción de personas mayores en la población”, indicó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Además, ha resaltado que la cantidad de personas que superan los 60 años se incrementará en los próximos años. De hecho, sus proyecciones apuntan a que, en el año 2030, una de cada seis personas tendrá más de 60 años.
“Este cambio en la distribución de la población de los países hacia edades más avanzadas (lo que se conoce como envejecimiento de la población) empezó en los países de ingresos altos (en el Japón, por ejemplo, el 30 % de la población ya tiene más de 60 años). Sin embargo, los cambios más importantes se están viendo actualmente en los países de ingresos bajos y medianos. En 2050, dos tercios de la población mundial de más de 60 años vivirá en países de ingresos bajos y medianos”, anotó la OMS.
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Ese organismo sanitario explicó que el envejecimiento implica que hay más daños celulares y moleculares en el organismo. Esto, señaló la OMS, puede repercutir en la disminución progresiva de las capacidades de las personas e incrementar el riesgo de que padezcan algunas enfermedades.
“Estos cambios no son lineales ni uniformes, y su vinculación con la edad de una persona en años es más bien relativa. La diversidad que se aprecia en la vejez no es una cuestión de azar. Más allá de los cambios biológicos, el envejecimiento suele estar asociado a otras transiciones vitales, como la jubilación, el traslado a viviendas más apropiadas y el fallecimiento de amigos y parejas”, añadió el ente multilateral.
La esperanza de vida ha aumentado en las últimas décadas en todo el mundo. - Foto: Daniel Reina
Dio algunos detalles de las principales afecciones que deterioran la salud de las personas. Entre otras cosas, citó que las principales dificultades que presentan están asociadas a la pérdida de audición, las cataratas y la falta de refracción en los ojos, y las molestias en la espalda y el cuello.
También pueden padecer con relativa frecuencia de enfermedades como la osteoartritis, las neumopatías obstructivas crónicas y la diabetes.
Diabetes
Los adultos mayores pueden sufrir de diabetes con mayor frecuencia. - Foto: Getty Images
Sus capacidades mentales también se pueden ver afectadas por trastornos como la depresión y distintos tipos de demencia.
“La vejez se caracteriza también por la aparición de varios estados de salud complejos que se conocen habitualmente por el nombre de síndromes geriátricos. Por lo general son consecuencia de múltiples factores subyacentes que incluyen, entre otros, la fragilidad, la incontinencia urinaria, las caídas, los estados delirantes y las úlceras por presión”, agregó la OMS.
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De otro lado, señaló que el envejecimiento de la población pone de manifiesto algunos retos para las autoridades sanitarias de distintos países del mundo, pues el hecho de que la esperanza de vida mejore amplía las posibilidades que tienen las personas para desarrollar distintas actividades en ese tiempo extra de vida.
“Por otro lado, las personas mayores contribuyen de muchos modos a sus familias y comunidades. No obstante, el alcance de esas oportunidades y contribuciones depende en gran medida de un factor: la salud”, sostuvo el ente multilateral.
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La vejez puede sobrellevarse con una buena salud si se tienen hábitos adecuados. - Foto: Imagen suministrada a Semana por Profamilia: Shutterstock
Por último, citó un escenario preocupante, pues advirtió que, aunque la cantidad de años que viven las personas ha aumentado, el tiempo que tienen de vida saludable se ha mantenido en valores similares.
“Cuando las personas pueden vivir esos años adicionales de vida con buena salud y en un entorno propicio, su capacidad para hacer lo que más valoran apenas se distingue de la que tiene una persona más joven”, puntualizó la OMS.
