Un extraño animal de pelaje oscuro color carbón, orejas puntiagudas, que prefería alimentarse de ratas, trepaba en los árboles y que ladraba como un perro, fue rescatado en las cercanías de la población rural Vacaria, en el estado de Rio Grande do Sul, Brasil, luego de ser atropellado por un automóvil.
Un equipo de científicos de universidades locales publicó los resultados del estudio del ejemplar, que exhibía rasgos fenotípicos intermedios entre el perro doméstico (Canis lupus familiaris) y el zorro de las pampas de pelo arenoso (Lycalopex gymnocercus).
Las probabilidades de cruce reproductivo entre perros y zorros son bajas –no solo porque son de especies y géneros distintos, sino también porque tienen diferente número de cromosomas– por lo que el hallazgo de este animal resultante de una hibridación interespecífica por primera vez en Sudamérica, ha captado la atención de la comunidad científica.
Las pruebas genéticas arrojaron que el híbrido tenía 76 cromosomas, a diferencia del perro que tiene 78 y del zorro con 74. Se pudo constatar que las especies parentales tienen un ancestro común que se comenzó a separar hace unos 6.7 millones de años.
Los procesos de hibridación se vienen documentando desde hace años, pero es la primera vez que, con el estudio de la hembra de cánido encontrada en Vacaria, se describe un ejemplar que involucra especies de diferentes géneros.
El “dogxim” descubierto en el sur de Brasil es susceptible a contraer enfermedades caninas, para las que no cuenta con una inmunidad natural, y tiene características, como por ejemplo, un denso pelaje, que le dificultan la adaptabilidad al entorno habitado también por los humanos.
¿Por qué ocurre la hibridación?
A medida que el desarrollo humano invade las áreas naturales, fundamentalmente en procesos de agriculturización, las especies domésticas entran en contacto con los animales salvajes, e interactúan estrechamente, dando origen a especies híbridas como Dogxim.
Por otra parte el calentamiento global ha provocado que algunas especies invadan el hábitat de otras, y que se apareen al coincidir los procesos reproductivos de ambas. Tal es el caso de la hibridación entre osos pardos y polares propiciada por el retroceso de los hielos en el Ártico, que ha dado lugar al Grolar, un animal más grande, con una musculatura desarrollada que le permite cazar con más facilidad y una movilidad superior que puede alcanzar los 50 km/h.
También por la intervención humana tiene lugar el nacimiento de híbridos como el Tigón, del apareamiento en cautiverio entre un tigre macho y una leona. Son depredadores de gran tamaño con un cuerpo delgado y rayado, y se ha confirmado que los entes machos son infértiles, no así las hembras.
¿Qué consecuencias trae la hibridación?
Los científicos brasileños alertan sobre los efectos nocivos de esta interacción para los zorros de las pampas, por la potencial introgresión (movimiento de genes de una especia a otra, y su estabilización en el genoma hospedero) y la transmisión de enfermedades de los perros domésticos.
Sin embargo el fenómeno de hibridación animal deberá ser estudiado desde múltiples perspectivas. Los problemas ecológicos que acarrearían la competencia entre especies parentales e híbridos por los recursos de su hábitat, atentarían directamente contra la biodiversidad del Planeta. La pureza genética de las especies en peligro de extinción puede perderse durante estos procesos de cruces, y atentan directamente en la conservación de seres únicos que habitan la Tierra desde hace millones de años.
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