Samira Sabzian, una mujer que fue obligada a contraer matrimonio cuando aún era una niña, fue ejecutada al amanecer en la prisión de Ghezel Hesar, cerca de Teherán, Irán; según informó Iran Human Rights (IHR), una organización con base en Noruega.
Samira Sabzian, quien llevaba una década detenida, fue declarada culpable del asesinato de su esposo, al que fue obligada a unirse a la temprana edad de 15 años. La organización defensora de derechos humanos sostiene que esta mujer fue víctima de violencia conyugal durante años.
La historia de Samira refleja una dolorosa realidad: el matrimonio infantil y la violencia doméstica. Detenida a los 19 años, su vida estuvo marcada por un inaceptable apartheid de género. A pesar de los años de sufrimiento, su ejecución se llevó a cabo en medio de la crítica a la maquinaria de muerte corrupta e incompetente del régimen, según Mahmood Amiry Moghaddam, director de IHR.
Samira, madre de dos hijos, experimentó la cruel separación de su familia durante su encarcelamiento. Su última visita a los hijos ocurrió en diciembre, antes de la trágica ejecución.
La ejecución de Samira Sabzian se suma a la preocupante tendencia de ejecuciones en la República Islámica de Irán. Según Amnistía Internacional, solo en noviembre se registraron al menos 115 muertes.
Grupos defensores de derechos humanos instaron a Irán a detener la ejecución de Samira, y aunque hubo intervenciones desde Londres, lamentablemente no se pudo evitar el trágico desenlace.
