Un aumento en el número de niños con enfermedad de Kawasaki, una enfermedad que afecta a menores de cinco años, ha alertado a los médicos de los Estados Unidos.
Esta enfermedad, que es la causa más común de enfermedad cardíaca adquirida en niños en todo el mundo, está generando preocupación entre padres y profesionales de la salud.
La causa exacta de la enfermedad de Kawasaki sigue siendo desconocida. Se cree que puede ser el resultado de una exposición ambiental o de infecciones bacterianas o virales, con ciertos genes que aumentan la susceptibilidad de algunos niños a la enfermedad.
Durante la pandemia, hubo una disminución en los casos, sugiriendo que las medidas de prevención como el uso de mascarillas y el distanciamiento social podrían haber tenido un impacto. Sin embargo, con la relajación de estas medidas, los casos están aumentando nuevamente.
Síntomas a tener en cuenta
La enfermedad de Kawasaki se caracteriza por una fiebre persistente, inflamación de ganglios linfáticos en el cuello y una serie de síntomas cutáneos distintivos, incluyendo manos y pies rojos e hinchados, la llamada "lengua de fresa" y labios agrietados. También se pueden presentar ojos inyectados en sangre. Es importante tener en cuenta que no existe una prueba específica para diagnosticar esta enfermedad, lo que hace que el diagnóstico sea un desafío para los médicos.
Riesgos y tratamiento
Sin tratamiento, la enfermedad de Kawasaki puede provocar complicaciones graves, como inflamación de los vasos sanguíneos, daño cardíaco e incluso la muerte. Sin embargo, con un tratamiento adecuado, que generalmente incluye una infusión de inmunoglobulina intravenosa y altas dosis de aspirina, los resultados suelen ser positivos. Es crucial buscar atención médica especializada lo antes posible si se sospecha que un niño está afectado por esta enfermedad.
Importancia del diagnóstico temprano
Dado que muchos adultos que padecieron la enfermedad de Kawasaki durante su infancia pueden no saberlo, es fundamental que aquellos que sospechen haberla padecido busquen la opinión de un cardiólogo. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden prevenir complicaciones graves en la edad adulta.
