Desapariciones en México: ahora hasta militares

11 agosto 2024
Noticias de Yucatán. 

Retiro, mala conducta, defunción y solicitud expresa son algunos de los motivos que contempla la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) al menos desde 1985 para dar de baja a su personal. No obstante, en el año 2010 se agregó una nueva causa a la base de datos: desaparición.

En ese año, la Dirección General de Personal registró la desaparición de ocho elementos del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos. Dos tenían el rango de teniente y el resto era personal de Tropa (un sargento segundo, dos cabos y tres soldados).

Para 2011 la cifra ascendió a 22 agentes: un teniente, cuatro sargentos segundos, seis cabos y 11 soldados. La estadística tuvo un incremento exponencial durante los años consecutivos y alcanzó su punto máximo en 2014, cuando la Sedena registró la baja de 130 efectivos por desaparición.

De un año a otro, en contraste con la tendencia previa, los casos cesaron. Desde 2015 hasta la primera mitad de 2024, la Sedena no ha reportado ninguna baja por desaparición. Cabe señalar que estas cifras no corresponden a deserciones, ya que ese rubro es contabilizado de manera independiente por la corporación.

Para encontrar posibles explicaciones respecto a estos datos, Infobae México conversó con David Fuentes, periodista especializado en temas de seguridad y delincuencia organizada.

En la entrevista, Fuentes expuso que hay factores que podrían motivar a los elementos de Tropa —que ocupan los rangos más bajos— a abandonar el Ejército.

“Muchos de los soldados que pretenden iniciar una carrera militar, al corto tiempo, ya que tienen el entrenamiento básico, abandonan las Fuerzas Armadas para irse hacia el crimen organizado, es cuando los empiezan a reclutar porque ya cuentan con el adiestramiento necesario”, señaló el periodista, coautor del libro Narco CDMX: el monstruo que nadie quiere ver.

“Si tomamos en cuenta el sueldo base de un soldado raso, de esos que vemos todos los días patrullando o haciendo trabajo en campo y que tienen que estar aguantando la falta de respeto a la autoridad, muchos jóvenes deciden cambiarse de bando”, agrega sobre este tema.

De acuerdo con el tabulador de haberes del Ejército vigente en 2024, un soldado recibe un sueldo neto de 14 mil 17 pesos. Para quienes ostentan el rango de cabo, la percepción mensual neta asciende a 14 mil 681 pesos. Ambas cantidades son inferiores a los 18 mil pesos quincenales que supuestos miembros del Cártel del Noreste ofrecían, vía redes sociales, a posibles reclutas en diciembre de 2023.

En este sentido, David Fuentes resaltó que hay ocasiones en que algunos agentes militares ‘dobletean’, es decir, realizan sus actividades como personal castrense en sus respectivos cuarteles, pero también cumplen con trabajos a sueldo para la delincuencia organizada.

Cuando esto ocurre, los uniformados comienzan a separarse de las FFAA hasta que las abandonan por completo sin previo aviso. Posiblemente, en la Sedena “los tienen como desapariciones porque se fueron, no hicieron el trámite legal. El tema es que esas desapariciones pues tristemente son personas que estaban encuartelados”, añade el entrevistado.

Según establece la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, la baja de un elemento militar por desaparición ocurre cuando esta se comprueba “mediante los partes oficiales, siempre que [el agente] dure en esta situación más de tres meses”. Si el individuo reaparece y justifica su ausencia, puede ser reincorporado a la institución.

La normativa señala que la declaración de desaparición de un militar ocurre en circunstancias distintas a la deserción, pues esta última se acredita cuando los elementos faltan a la revista de administración sin justificante o se ausentan por tres días consecutivos de los pases de lista.

¿Se busca minimizar las desapariciones?

Una investigación realizada por el periodista Francisco Sandoval Alarcón, para Animal Político, señala que la Sedena tenía registrada la desaparición de 109 elementos entre 2007 y mediados del 2011.

La mayoría de casos habrían ocurrido en zonas como Nuevo León, Tamaulipas, Michoacán, Chihuahua y Veracruz —con alta presencia de grupos criminales—, pero los ocurridos entre 2007 y 2009 no están contemplados en la más reciente versión del documento sobre el personal dado de baja.

De manera similar, en una consulta previa a los registros de la Sedena, Infobae México corroboró que el caso del coronel José Isidro Grimaldo Muñoz —desaparecido a finales de 2022— no figuraba en la citada base de datos.

El 10 de diciembre de 2022, cuando estaba de vacaciones y viajaba de Jalisco a Zacatecas, Grimaldo Muñoz fue interceptado por sicarios del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes lo obligaron a descender de su vehículo y se lo llevaron con dirección desconocida. Pese al intenso operativo de búsqueda, no se tuvieron más noticias sobre su paradero y en febrero de 2023 la Sedena reconoció que era probable que hubiera fallecido.

Acorde con la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas, un militar se considerará muerto “cuando desaparezca en una acción de armas o en actos del servicio, en los ámbitos marítimo, fluvial, lacustre, terrestre y aéreo. La declaración respectiva será hecha por la Secretaría de la Defensa Nacional o la de Marina, en su caso, después de sesenta días de acaecida la desaparición, con vista del acta que se levante sobre los hechos, y de la demás documentación que se acompañe”.

En vista de la poca claridad de la Sedena respecto a estos casos y a la ausencia de registros de militares desaparecidos desde 2015, David Fuentes consideró que podría haber un intento de la corporación por minimizar la situación.

“Posiblemente empezaron a aceptar que tenían un problema con las desapariciones a raíz de las presiones de las familias o de las personas afectadas y, [debido a las implicaciones que tenía exhibir esos datos] empezaron a cambiar estas cifras”, expresó en una conversación con este medio.

“En esos años [en los que se dejaron de reportar casos] sí debe de haber más militares con el registro de desaparición, si tomamos en cuenta cómo incrementó la violencia en Tamaulipas, en Ciudad Juárez o en los límites de Chiapas”, sostuvo el periodista.

En cuanto a las posibles motivaciones de la Sedena para reducir a cero los registros de bajas por desaparición, Fuentes valoró que podrían ir en dos sentidos. Por un lado, la corporación estaría tratando de que “los jóvenes no se enteren de que es muy sencillo recibir un adiestramiento y después aplicar ese conocimiento ganando más dinero [en el crimen organizado]”, mientras que otra explicación sería que los militares “no quieren perder el respeto que tienen y que les ha costado trabajo ganar”.

Por tal motivo, como lo señaló en su momento Francisco Sandoval en su investigación, la cifra de castrenses desaparecidos podría ser mayor a la reportada por las FFAA, ya que hay casos documentados periodísticamente de los cuales la Secretaría no ha ofrecido detalles.

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