La historia de Esmeralda, una niña indígena de 14 años de Querétaro, ha conmovido al país. Tras un aborto espontáneo, fue acusada de homicidio doloso y enfrentaba una posible sentencia de tres años de prisión y una indemnización económica para su abusador. Sin embargo, tras semanas de presión social y la intervención de altos funcionarios, la Fiscalía de Querétaro decidió desistir de las acciones penales en su contra, lo que marca un precedente en la justicia con perspectiva de género en México.
El Contexto del Caso y la Acusación de Homicidio
El caso de Esmeralda desató una ola de indignación. Todo comenzó cuando, en circunstancias que aún no se esclarecen completamente, la menor tuvo un aborto espontáneo y fue acusada de homicidio. El proceso judicial apuntaba a un desenlace desafortunado para Esmeralda, quien habría tenido que enfrentar no solo prisión, sino también el pago de una indemnización al hombre que abusó de ella.
Activistas y colectivos feministas denunciaron que Esmeralda era una víctima doble: primero de un abuso y luego del sistema judicial que parecía ignorar su situación de vulnerabilidad. Esta perspectiva movilizó a diversas organizaciones que exigían justicia para la menor.