El 19 de enero de 2025, Culiacán fue escenario de un ataque violento que dejó un saldo trágico: dos agentes de la Policía Municipal asesinados y un civil herido. El atentado ocurrió en el Parque 87, cuando los agentes fueron emboscados por un grupo armado mientras marchaban cientos de personas en la ciudad, exigiendo justicia por el asesinato de los menores Alexander y Gael. Este suceso es parte de una creciente ola de violencia que afecta al estado de Sinaloa, conocido por sus altos niveles de inseguridad.
La emboscada que sacudió a Culiacán
Mientras la ciudad se encontraba centrada en la marcha por los menores asesinados junto a su padre, un comando armado disparó contra los policías en las inmediaciones de la avenida México 68, en el sector del Parque 87. Según informes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal, los agresores utilizaron armas largas y descargaron ráfagas de disparos contra una unidad de la Policía Municipal. La patrulla, que quedó gravemente afectada, recibió múltiples impactos de bala, especialmente en el parabrisas, mientras que vehículos cercanos también fueron dañados.
El saldo de la emboscada
El ataque dejó a dos policías muertos y a un tercero gravemente herido. Además, una mujer que se encontraba caminando por la zona, ajena al operativo, resultó lesionada. Este ataque se suma a la lista de crímenes violentos que han sacudido a la región en los últimos meses, y subraya el riesgo al que se enfrentan las autoridades y la población civil en zonas de alta inseguridad.
La violencia no solo afecta a los uniformados, sino también a la población civil que a diario se ve atrapada en este contexto de inseguridad. La respuesta de las fuerzas de seguridad no tardó en llegar: elementos de la Policía Estatal, Guardia Nacional, y el Ejército Mexicano acudieron rápidamente al lugar de los hechos. No obstante, el saldo trágico ya estaba consumado.
La marcha y el trasfondo de la violencia
El ataque a la policía se produjo mientras cientos de personas marchaban por justicia. La sociedad de Culiacán, aún consternada por el asesinato de los menores Alexander y Gael, se mostró indignada ante un nuevo acto de violencia que afecta a sus policías y a ciudadanos inocentes. La muerte de los niños junto a su padre dejó una huella profunda en la comunidad, y las autoridades de la ciudad no se han quedado atrás en condenar los hechos.
El caso de Alexander y Gael es solo una de las muchas tragedias que la población ha tenido que enfrentar debido a la violencia del crimen organizado, pero también refleja el profundo descontento y la falta de justicia que se percibe en Culiacán. Esta tragedia ha dejado a muchas familias con la sensación de que la violencia es un fenómeno del que no pueden escapar, sin importar la situación.
Un clima de inseguridad creciente
La emboscada en el Parque 87 no es un incidente aislado. En Culiacán, como en muchas otras ciudades de México, la violencia continúa siendo un tema crítico que afecta tanto a los ciudadanos como a las fuerzas de seguridad. Según los últimos informes del Inegi, Culiacán es una de las ciudades más inseguras del país, lo que agrava aún más la sensación de vulnerabilidad entre los habitantes.
El ataque también pone de manifiesto la difícil situación que atraviesa el cuerpo policial de la ciudad. No es la primera vez que los agentes enfrentan ataques directos por parte de grupos criminales, y la falta de recursos, capacitación y equipo especializado sigue siendo un problema importante.
Respuestas y reacciones a la tragedia
A pesar del grave suceso, las autoridades locales y federales se comprometieron a continuar con los operativos de seguridad para frenar la violencia en la región. La presencia del Ejército Mexicano, Guardia Nacional y otras fuerzas de seguridad se intensificó tras este ataque, buscando dar con los responsables y evitar futuros atentados.
Por otro lado, la población sigue clamando por justicia y por una respuesta más eficaz por parte de las autoridades. La indignación y el miedo se han apoderado de la sociedad, quienes exigen mayor seguridad y medidas para garantizar el bienestar de los niños y las familias de Culiacán.
¿Qué se puede hacer ante esta violencia?
Ante la crisis de seguridad que vive Culiacán y otros estados de México, es esencial que tanto las autoridades como la sociedad civil trabajen de manera conjunta para frenar el avance del crimen organizado. Es urgente reformar las políticas de seguridad pública y fortalecer las estrategias de prevención del delito. Solo con un enfoque integral que incluya el fortalecimiento de la policía, la justicia y la participación de la comunidad, será posible reducir los índices de violencia que plagan a Culiacán.