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Una investigación sobre una de las partes oceánicas que mayor aumento de la temperatura registra ha permitido conocer la reducción de la superficie de las aguas árticas, que pronto se podrían convertir en parte del océano Atlántico.
Sigrid Lind, del Instituto de Investigación Marina de Tromso (Noruega), ha detallado que en el norte del mar de Barents —"el foco del calentamiento del Ártico"— el aumento de temperatura se profundizó desde el año 2000.
El problema se agravó debido a que, además de esa circunstancia, el océano Atlántico comenzó a ganar terreno y a transformar las características de las aguas, publicó Nature.
Antes, en el norte del mar de Barents había hielo flotando que, al derretirse, mantenía el agua fría en la superficie y contribuía a que la más cálida, originada en el Atlántico, permaneciera debajo.
Cuando la cantidad de masa helada disminuyó, el agua atlántica ganó terreno, calentó el mar y le aportó mayor salinidad. Esto derivó en una drástica modificación de la estructura oceánica y provocó que el hielo de la superficie haya desaparecido "casi por completo".
Lind ha concluido que "la región está cambiando hacia un clima atlántico de manera rápida" con lo cual, "a menos que se recupere la entrada de agua dulce", podría terminar con una estructura de "agua cálida" que la convertiría en "parte del dominio del Atlántico", con lo cual diversos habitantes del Ártico podrían verse obligados a migrar hacia el norte.
Una investigación sobre una de las partes oceánicas que mayor aumento de la temperatura registra ha permitido conocer la reducción de la superficie de las aguas árticas, que pronto se podrían convertir en parte del océano Atlántico.
Sigrid Lind, del Instituto de Investigación Marina de Tromso (Noruega), ha detallado que en el norte del mar de Barents —"el foco del calentamiento del Ártico"— el aumento de temperatura se profundizó desde el año 2000.
El problema se agravó debido a que, además de esa circunstancia, el océano Atlántico comenzó a ganar terreno y a transformar las características de las aguas, publicó Nature.
Antes, en el norte del mar de Barents había hielo flotando que, al derretirse, mantenía el agua fría en la superficie y contribuía a que la más cálida, originada en el Atlántico, permaneciera debajo.
Cuando la cantidad de masa helada disminuyó, el agua atlántica ganó terreno, calentó el mar y le aportó mayor salinidad. Esto derivó en una drástica modificación de la estructura oceánica y provocó que el hielo de la superficie haya desaparecido "casi por completo".
Lind ha concluido que "la región está cambiando hacia un clima atlántico de manera rápida" con lo cual, "a menos que se recupere la entrada de agua dulce", podría terminar con una estructura de "agua cálida" que la convertiría en "parte del dominio del Atlántico", con lo cual diversos habitantes del Ártico podrían verse obligados a migrar hacia el norte.