Progreso ya cuenta con cámara hiperbárica
Yucatán tiene la cámara hiperbárica más grande de AL, sin usar y abandonada
El aparato, que serviría para atender simultáneamente a 20 pacientes de al menos 18 patologías, entre ellas diabetes, cáncer, descompresión, quemaduras y traumatismos, ha estado ocioso dos sexenios. El edificio y la cámara costaron más de 80 millones de pesos, irrecuperables e improductivos.
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En el caso de los malos manejos de recursos enviados por la federación al gobierno estatal "no hay sanciones porque se corrigió y devolvieron los recursos, pero también hay la constancia de que se incurrió en ilícitos por los que debieran sancionar a los responsables", dijo el diputado federal panista Daniel Ávila Ruiz.
Hace unos días publicamos que la Secretaría de Salud de Yucatán usó casi 11 millones de pesos de recursos federales en 2009 para comprar una cámara hiperbárica para el Hospital O'Horán, a pesar de que Banorte entregó ese mismo año una cantidad similar en donativo para comprar el mismo equipo.
Ávila Ruiz agregó que también se gastaron $1.724,500 en fines distintos a los propósitos de este fondo, en la compra de piezas de plata, tarjetas para el Sindicato, por labores en el mismo, pago al director de un Cereso, un evento de nuestra belleza, festejos del Día de la Madre, del Día del Médico, otros convivios y renta de equipo de sonido, entre otros.
Se comprobó la compra de bienes para el programa Oportunidades y el Sindicato de Trabajadores de los Servicios de Salud, por $128,600. Los Servicios de Salud de Yucatán liquidaron indebidamente pagos a terceros del Issste, correspondientes al programa de Oportunidades y Seguro Popular, por $6.235,200.
También pagaron por laudos laborales $5.373,200; otros pagos de vales de despensa y el impuesto de dichos pagos por $5.193,400 fue indebidamente absorbido por esta secretaría de salud. Por almacenamiento y distribución de medicamentos indebidamente se pagaron $4.959,000, entre otras irregularidades enlistadas en el informe oficial.
En total dijo que se determinó la recuperación de $30.920,600, por las anomalías antes señaladas, y se asienta que se determinaron 45 observaciones, de las cuales 44 fueron solventadas por el Estado, y la que faltó generó una recomendación.
El reporte señala como consecuencias sociales, que: "Al termino del ejercicio fiscal el Organismo de Salud no cumplió al 100% con las metas establecidas, situación que repercutió en la prestación de servicios de salud a población abierta".- David Domínguez Massa dmassa@megamedia.com.mx
El diputado federal Daniel Avila Ruiz denuncia presuntos malos manejos del erario yucateco:
Gastos indebidos
Entre los gastos indebidos están la compra de piezas de plata, tarjetas para el Sindicato, por labores en el mismo, pago al director de un Cereso, un evento de nuestra belleza, festejos del día de la madre, del día del médico, otros convivios y renta de equipo de sonido, entre otros.
Población afectada
Esta situación que repercutió en la prestación de servicios de salud a población abierta.
Además de las irregularidades en la compra de la cámara hiperbárica, la Secretaría de Salud estatal incurrió en más irregularidades por las que tuvo que devolver $30.290,000 a la federación, de recursos mal empleados en 2009, según la Auditoría Superior de la Federación.
El reporte señala que se realizaron gastos con fines distintos a los del Fondo de Aportaciones para los Servicios de Salud, se pagó indebidamente a dos comisionados y registraron pagos en exceso, entre otros.
Al igual que en el caso de las irregularidades en Educación donde se corrigieron con la devolución de recursos -de lo que informó el Diario el domingo 20-, el dictamen en salud no fue negativo, salió "con salvedad", al gobierno del Estado, pero al final del informe de la auditoría a este fondo se asienta el comentario siguiente:
"Al igual que en la auditoría al FAEB (Fondo de Aportaciones para la Educación Básica) cabe preguntarse si ¿dichos recursos hubieran sido devueltos si la Auditoría Superior de la Federación (ASF) no hubiera intervenido?". El domingo 20 publicamos, también como parte del informe de la ASF, que en educación Yucatán devolvió más de 240 millones de pesos, que mal ejercieron en 2009.
El diputado federal panista Daniel Ávila Ruz, secretario de la Comisión de Vigilancia de la Cuenta Pública, reiteró que en educación Yucatán salió "limpio", y ahora en salud su resultado fue "con salvedad", pero en ambos casos después de corregir las anomalías y devolver los recursos que mal emplearon del ejercicio de 2009.
¿Quién pagó por la cámara hiperbárica?
El 13 de enero de 2009, en una rueda de prensa en Palacio, la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, acompañada de altos funcionarios de Banorte, anunció la entrega por ese banco de un donativo de once millones de pesos para la adquisición de una cámara hiperbárica.
El equipo podría atender a 20 pacientes al mismo tiempo y, según dijo la jefa del Ejecutivo, sería la quinta de su tipo en el continente americano.
En su Tercer Informe de Gobierno, la señora Ortega ratificó esa información y en uno de sus anexos dijo que se adquirió una cámara hiperbárica para el hospital O'Horán con un valor de $11 millones, "donados por Banco Banorte S.A."
Esta información no coincide con la de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), que sostiene que la cámara hiperbárica del O'Horán se compró con recursos del gobierno federal.
La ASF obligó al gobierno estatal a reintegrar $1.414,700, pagados como sobreprecio por la compra de la cámara, aunque no objetó la adquisición de ese equipo con recursos del Fondo Federal de Aportaciones para los Servicios de Salud (Fassa).
En su auditoría a la Secretaría de Salud, la ASF encontró que en el pedido núm. SSY-LP-RM-27/08 hecho al proveedor Distribuidor de Fármacos y Fragancias, S.A. de C.V., (Difasa) - del que no se informa el monto - había incrementos de hasta el 126.7% en la lista de precios, debido a lo cual, explica la ASF, la licitación "se debió declarar desierta y volver a licitar a efecto de obtener los mejores precios". Algo parecido ocurrió en la revisión del pedido núm. SSY-LP-RM-25/08, al proveedor Abastecedor Hospitalario de Sureste, S.A. de C.V. Los auditores observaron incrementos del 99.2% en su lista de precios. En ambos casos, según la ASF, el gobierno estatal informó que había iniciado la investigación correspondiente para deslindar responsabilidades.
En el caso de Abastecedor Hospitalario de Sureste, esta compañía presentó 16 facturas de insumos médicos por un monto de $20.046,000, pero la SSY no mostró evidencias de la recepción de esos insumos. También se detectó que en el contrato núm. SSY-LP-RM-25/08, celebrado con esa compañía, para el suministro, abasto y entrega de material de curación a la SSY, esta dependencia le pagó indebidamente $721,400 por concepto de almacenamiento de los insumos médicos, en tanto a Difasa le entregó por almacenamiento y distribución de medicinas y otros insumos, la cantidad de $4.959,000. En el contrato con esa empresa -SSY-LP-RM-27/08 - se especifica que el almacenamiento y distribución correrá por su cuenta.
La Secretaría de Salud de Yucatán (SSY) habría usado casi once millones de pesos de recursos federales en 2009 para comprar una cámara hiperbárica para el hospital O' Horán, no obstante que Banorte entregó ese mismo año un donativo por una cantidad similar para adquirir ese equipo.
La SSY no sólo habría gastado dinero federal para esa cámara, en lugar de invertir el donativo, cuyo destino se desconoce, sino además pagó al proveedor un sobreprecio de 14.7 por ciento, equivalente a $1.414,700, según investigaciones de la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
También en 2009 la dependencia yucateca intentó hacer otras cuantiosas compras, en este caso de insumos médicos, mediante el pago de sobreprecios de 99 a 126 por ciento, pero éstas se frustraron cuando la ASF descubrió la operación. De acuerdo con una auditoría realizada a la SSY por la Auditoría Superior de la Federación, esa dependencia firmó un contrato en 2009 con la compañía Patrupa Industrial, S.A. de C.V. (PISA), para la adquisición de una cámara hiperbárica "multiplaza".
El contrato original, dice la ASF, establecía que se debía pagar un importe total de $9.565,200 y que dicho precio sería fijo y no podría incrementarse bajo ninguna circunstancia. Empero, la SSY entregó $1.414,700 de más al proveedor, para hacer un total de $10.979,900. El pago de este sobreprecio se hizo con recursos del Fondo Federal de Aportaciones para los Servicios de Salud (Fassa), y se presume que de allí mismo habrían salido los otros $9.565,200.