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Los amos de la calle
Nuevas voces de alerta han surgido por el riesgo que puede representar para la salud de los yucatecos la sobrepoblación de perros y gatos en el Estado.
Según datos de los Servicios de Salud de Yucatán, en el estado hay un perro por cada siete habitantes. Una encuesta de la dependencia reveló que hay 388,500 perros y gatos en el Estado.
El veterinario Enrique Marín Pech, responsable estatal del Programa de Rabia, dijo que la población ideal de perros en Yucatán sería de 150,000, lo que sería una cantidad controlable; sin embargo, hay una sobrepoblación de más del 50%, lo que hace difícil su control porque los dueños de las mascotas las sacan de sus casas cuando ya les representan un problema.
No es este último el caso de la gobernadora Ivonne Ortega Pacheco, a quien el domingo se le extravió una perrita llamada "Xmat", la cual hasta anoche seguía sin aparecer.
Ayer la funcionaria reveló que estaba en el cine cuando su madre le llamó para informarle que se había extraviado "Xmat".
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) incluyó este año en su mapa de bajo riesgo de casos de rabia canina y humana a Yucatán, pero esa distinción está "prendida con alfileres" a causa de la sobrepoblación de perros y gatos, dos mascotas preferidas por los yucatecos.
Datos del veterinario Enrique Marín Pech, responsable estatal del Programa de Rabia de los Servicios de Salud de Yucatán, indican que en la entidad por cada siete habitantes hay un perro y, según resultados de una encuesta casa por casa, en Yucatán existen 388,500 perros y gatos, pero predominan los primeros.
En Mérida están focalizados 220,000, una cifra muy alta que podría convertirse en un problema de salud pública porque muchos canes son callejeros, están enfermos o viven en jaurías en los basureros al aire libre, lo que los convierte en salvajes.
"Esos animales descuartizados que aparecían y dieron pie a la leyenda del chupacabras en realidad eran víctimas de los perros salvajes hambrientos", señala el funcionario.
La reproducción, tenencia o liberación de perros es desproporcionada en comparación con la adopción de mascotas. Por ejemplo, el Centro de Control Canino de Mérida promueve en su portal la adopción de una perra mestiza de nombre "Lita", de 9.5 kilos en su programa "Adopta un amigo", pero nadie se ha interesado en ella.
El Albergue Canino Evolución, de Umán, tenía 160 perros disponibles para adopción al 6 de abril y la sobresaturación de animales obligó a la directora Silvia Cortés a no aceptar otros hasta nuevo aviso. Al año logran la adopción de 100, calcula.
"Es un problema colocar un perro en las familias, porque éstas siempre buscan uno de raza, que sea bonito o pequeño", dijo la arquitecta Cortés. "Discriminan a los 'malix peek'..., los desprecian porque son 'indios' o fueron callejeros".
El albergue Evolución, cuya página es evolucionyucatan.com cobra $500 por cada perro que da en adopción. Esa cuota de recuperación incluye costo de alimentación, vacuna antirrábica, placa de identificación, esterilización y desparasitantes.
A juicio del veterinario Marín Pech, la población ideal de perros en Yucatán sería de 150,000, lo que sería una cantidad controlable; sin embargo, hay una sobrepoblación de más del 50% lo que hace difícil su control porque los dueños de las mascotas las liberan cuando ya les representan un problema.
En este mes se cumplen dos años sin casos de rabia en perros y en 2011 Yucatán cumplirá 13 años sin registros de este mal transmitido por un can a algún humano. Esas estadísticas y las campañas de vacunación antirrábica dos veces al año y la de esterilización permanente permitieron que la OPS y la OMS, según Marín Pech, incluyeran a Yucatán entre las entidades de bajo riesgo para contraer la hidrofobia.
"Paradójicamente en Yucatán se vacunan más perros y gatos que niños", señala.
En la reciente campaña antirrábica, que fue del 13 al 19 de marzo, vacunaron 110,000 mascotas de una previsión de 220,000. Es decir, apenas alcanzaron el 50% de la meta sanitaria, por falta de promoción.
En septiembre de este año será la siguiente campaña y el veterinario Marín Pech espera que se cumplan las metas.
El problema de la sobrepoblación de perros sería mayor si el Centro Canino de Mérida no aplicara un control de perros callejeros, porque cada semana "ejecuta" de 20 a 30 por medio de la inyección letal, con la finalidad de evitar la sobrepoblación en el lugar. Además, los vehículos que circulan en Mérida matan involuntariamente a 3,000 perros y gatos callejeros al mes.
"El Centro Canino es la cámara de ejecuciones", comentó el veterinario entrevistado.
Mérida va a la cabeza en sobrepoblación canina y le siguen Tizimín y Kanasín. Umán y Progreso están logrando un control canino. El Ayuntamiento de Umán creó una unidad canina y en Progreso trabaja la asociación civil Perros y Gatos, que dirige la MVZ Beatriz Carvajal García.
"Nos falta mucha cultura en el manejo de mascotas", agregó Marín. Los extranjeros nos dan lecciones diarias porque los vemos cuando pasean a sus perritos "malixes" en el centro o los canadienses que viven temporalmente aquí regresan a sus ciudades con algún perrito de nuestra raza".
Las peleas caninas dejan dinero al dueño y dolor a los animales
Las peleas de perros y torneos de arrastre son dos actividades caninas que aumentan por la euforia que generan las competencias, pero que ocasionan mayor sufrimiento y crueldad para los animales.
Mérida y Motul son dos ciudades donde se reportan estas prácticas clandestinas. Es difícil localizar los ruedos de los enfrentamientos caninos porque hay una red casi secreta de participantes y aficionados que tienen sedes itinerantes y una logística bien ensayada para desactivar los eventos.
"Sabemos que hay peleas, vamos al lugar y cuando llegamos nos percatamos que son reportes falsos o simplemente son personas que entrenan a sus mascotas", señaló la directora del Albergue Canino Evolución, Silvia Cortés.
Reporteros del Diario recibieron un aviso de pelea de perros en terrenos baldíos cercanos a Plaza Galerías, pero cuando llegaron al lugar indicado no había nadie.
Silvia Cortés dijo que los ciudadanos también reportan cuando ven el entrenamiento de los perros que jalan carritos con grandes volúmenes de carga porque consideran que es una crueldad; sin embargo, admitió que el torneo de arrastre no es ilegal, está permitido y es una competencia oficial que incluso se exhibe en la Feria de Xmatkuil cada año.
"Aquí en Mérida hay un club de torneo de arrastre y sabemos que asiste mucha gente", indicó.
No sabe la dirección ni quiénes son los patrocinadores u organizadores, pero sí que se llevan al cabo periódicamente.
"Es más difícil ubicar las peleas porque son itinerantes. Generalmente nos informan que utilizan los montes de la periferia de Mérida", agregó. "Son ilegales y crueles porque los perros se despedazan".
"En Motul también hay muchas peleas según nos reportan", añadió.- J.Ch.C.
es la cifra de gatos y perros recolectados por la unidad canina de Servicios Públicos Municipales del Ayuntamiento de Mérida durante 2010.
al mes es la cantidad de animales que murieron atropellados y son recogidos por la unidad canina, reportó su coordinador Jesús Magaña Orilla.
perros y gatos, en promedio, existen en Yucatán, según una encuesta realizada casa por casa. Los canes son los que predominan como mascotas.
perros disponibles para adopción son los que tiene el Albergue Canino Evolución, de Umán, para el pasado 6 de abril. Por ahora no pueden aceptar más.
Qué nos dice el 4 de julio
Para leer e intentar entender Finalmente llegó el macro súper domingo 4 de julio. En 14 estados se realizaron elecciones, en 12 para gobernador. La expectativa era doble: por una parte, en casi la mitad de las entidades federativas del país se renovaban sus autoridades locales; después de los malos resultados que había obtenido el partido del presidente Calderón en 2009, este año tendría su prueba decisiva antes de 2012. Por otra parte, la impensable alianza electoral entre el PAN y el PRD se había construido en cinco estados, todos gobernados por el PRI. Los impulsores de esta medida, en alguna forma desesperada ante el imparable paso priista, se jugaban literalmente el “pellejo” político. Yucatán en mayo había sido la primera muestra de lo que se pronosticaba como un domingo tricolor, con anuncios de “carro completo” incluidos.
El contexto nacional está dominado por la violencia y la inseguridad. En varios estados, especialmente del norte, las ejecuciones y enfrentamientos producto de la lucha entre carteles de la droga se han vuelto parte de una dudosa cotidianidad. El artero asesinato de Rodolfo Torre Cantú, candidato a gobernador del PRI en Tamaulipas, seis días antes de la elección no auguraba más que pesimismo en la participación ciudadana, muy posiblemente amedrentada frente al desafío al Estado y a sus instituciones que significó este abominable crimen.
El esfuerzo colectivo que permitió reposicionar el tema de la reforma política en enero de este año sufrió el desplazamiento del interés de la cúpula política del país, más concentrada en el proceso electoral que en la solución de los problemas de fondo que aquejan al sistema político en su conjunto. Los roces y enfrentamientos producto de la contienda electoral, intervenciones telefónicas incluidas, alejó aún más a los actores políticos: presidente, partidos, legisladores. Aun el llamado presidencial a trascender las diferencias partidistas y políticas para enfrentar unidos al crimen organizado pareció quedar en suspenso hasta después del 4 de julio.
La noche del domingo trajo sorpresas. Ni las más prestigiadas empresas encuestadoras pudieron pronosticar los resultados apretados que comenzaban a llegar, menos la derrota de candidatos priistas a quienes se les ubicaba 20 puntos arriba de su más cercano competidor. Para la oposición al PRI, las alianzas funcionaron; lo que parecía inimaginable un año antes, después del triunfo arrollador del PRI en la totalidad de los distritos electorales federales de Puebla y Oaxaca sucedió: ganó la coalición PAN-PRD. En el emblemático Sinaloa, tierra de Manuel Clouthier y Francisco Labastida, triunfó otro aliancista. De primera intención, sin el cómputo que se efectuará hasta el domingo 11 y las impugnaciones ante los tribunales que seguramente seguirán, de cinco estados donde se concretó la coalición, triunfó en tres y peleará en los otros dos, donde afirma tener elementos para adjudicarse la victoria (Durango) o solicitar la anulación (Hidalgo).
En Veracruz un ex priista de 2004, funcionario de los dos gobiernos panistas, reclama la victoria supuestamente “con las actas en la mano”. El proceso ha sido cuestionado también por el tercer contendiente, Dante Delgado. Un largo litigio en tribunales está por iniciarse. En ninguno de los estados gobernados por el PAN (Aguascalientes y Tlaxcala) y el PRD (Zacatecas) pudo refrendar su hegemonía el partido gobernante: perdieron. Tlaxcala es el único que ha sido gobernado por las tres fuerzas partidistas —PRI, PRD, PAN— en los últimos tres sexenios. Ahora nuevamente retornará el PRI. Aguascalientes fue panista 12 años: el PRI ganó y Zacatecas, bastión perredista desde 1998, fue recuperado por el PRI con un ex militante del PRD como candidato.
Por lo pronto, seis de 12 entidades cambiarán de partido en el gobierno. Esto sin contar los numerosos cambios partidistas en las presidencias municipales, incluidas las capitales. El sabor de la alternancia se ha instalado en el gusto de los electores.
Heraldo de los cambios políticos, Baja California fue el primer estado del país con gobernador panista en 1989. El domingo, en sus elecciones intermedias, registró el triunfo total del PRI en sus cinco ayuntamientos, incluidos Mexicali y Tijuana. Allá había ganado el PAN las seis diputaciones federales hace apenas un año.
Varios son los denominadores comunes de las victorias y de las derrotas. Ganaron los que supieron generar un proceso interno respetuoso, sin avasallamiento ni despojo; los que compartieron con otras corrientes políticas las candidaturas a las alcaldías, internamente como en el PRI de Chihuahua y Aguascalientes; en las alianzas, con el partido mejor posicionado, como en Benito Juárez-Cancún. Perdieron quienes se empecinaron en imponer una candidatura, a costa de la unidad partidista; los que mostraron como gobernantes conductas de excesos y dispendio, de dinero y de poder; los que creyeron en el “triunfo inevitable”, minimizaron al adversario y lo menospreciaron.
Los ciudadanos demostraron una vez más que están muy por encima de sus políticos. Integraron mesas directivas de casilla en medio de rumores y sospechas de actos violentos; aunque en menor número que en 2009, acudieron a votar. Pero lo más importante: hicieron suyo el poder del voto para cambiar partido en el gobierno; para sostener a quienes le brindan cierta sensación de seguridad, aunque sus estados estén sumidos en una espiral de violencia. Esto no significa que se hayan solucionado mágicamente los conflictos que han cimbrado el sistema electoral mexicano: dinero sin control, poder sin contrapesos. Tampoco las alianzas son solución a todos los problemas de los partidos políticos ni los coloca automáticamente en la senda del triunfo. Pero, al menos, este 4 de julio trajo una bocanada de aire fresco y un abono a la esperanza colectiva.
Mantener la capacidad de cambiar gobernantes y rumbo de una sociedad mediante el voto es lo que da sentido a la democracia. Parece que el poder del dinero y del miedo para adulterar la voluntad ciudadana, tocó sus límites en esos 14 estados, al menos en esta elección.
Sin embargo, la polarización política generada desde 2006 y exacerbada en este año puede alejar la construcción de acuerdos básicos entre los actores políticos para la reforma impostergable. “Visión de Estado” significa ver más allá de la coyuntura electoral, sea 2010 o 2012 y decidirse a realizar lo trascendente, aunque afecte privilegios o posibilidades electorales inmediatas. ¿La tendrán quienes nos gobiernan?