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De aprobarse la modificación a la Ley de Coordinación Fiscal por parte del pleno de la LXII Legislatura, se presentaría un alza del entre el 12 y 15 por ciento a las bebidas alcohólicas, a excepción de las cervezas, lo que haría más caro beber en Yucatán a partir de enero del 2019.
El director General de la Comisión para la Industria de Vinos y Licores (Civyl), Gerardo Ancira Martínez, consideró un error dicha modificación, ya que impactará negativamente en los precios de los productos que tendrían un ajuste a la alza de entre el 12 y 15 por ciento.
Ancira Martínez señaló que en representación de seis asociaciones del ramo, se reunió con diputados locales para solicitar que se elimine el impuesto.
Este miércoles los integrantes de las Comisiones de Puntos Constitucionales y Gobernación, así como de Presupuesto, Patrimonio Estatal y Municipal avalaron reformar esta norma para que se distribuya a los municipios el 20% de los ingresos estatales derivados del impuesto a la venta final de bebidas con contenido alcohólico.
Esta medida deberá entrar en vigor el primero de enero de 2019, previa aprobación del pleno de la LXII Legislatura y su publicación en el Diario Oficial del Estado.
A partir de este impuesto los diputados pretenden generar mayores recursos tanto para el Gobierno estatal como para los municipios, que ahora recibirán mayores ingresos de aprobarse que se les reparta un 20 por ciento del total de esta recaudación.
El cobro del precio de venta final de las bebidas con contenido alcohólico, a excepción de la cerveza, podría generar al estado un aproximado de 11 millones 290 mil pesos. De esta manera, los 106 municipios de Yucatán recibirán hasta 2 millones 258 mil pesos.
Afectación
Por su parte, la presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) Yucatán, Alejandra Pacheco Montero, señaló que si bien la mayoría de los agremiados del organismo no resentirá el impacto, este sí afectará a los dueños de bares y cantinas.
Según información de El Financiero, explicó que el cobro llega en un mal momento por lo débil de la economía en el país, además de que dará más problemas a quienes son una rama productiva del estado.
Apuntó que para el sector restaurantero que representa, el impacto sería menor ya que la mayoría de los negocios que tienen licencias de venta de alcohol distribuyen cerveza, producto que está fuera de ese gravamen.
“Lo preocupante de la aplicación de impuestos de esta índole es que como estado podríamos estar perdiendo competitividad, lo que vendría a poner más en jaque a los empresarios de la entidad”, finalizó. Sipse