Especialistas del Centro INAH -Yucatán trabajan en la restauración y conservación de pinturas prehispánicas situadas en la ciudad maya de Mayapán, las cuales se han visto afectadas por la humedad y el cambio climático.
La responsable de la Sección de Conservación y Restauración del Centro INAH-Yucatán, María Fernanda Escalante Hernández, destacó que Mayapán es uno de los tres sitios arqueológicos -junto con Ek Balam y Chacmultún- en contar con pinturas murales expuestas al público.
Sin embargo, el clima característico de Yucatán, húmedo y con una gran cantidad de sales disueltas, es capaz de generar procesos de "cristalización" en las pinturas, afectándoles de manera severa.
Los murales "Símbolos solares" y "Nichos pintados", son parte de la intervención en esta nueva temporada de conservación de los murales de Mayapán, mientras que en el caso de la pintura del "Pescador" está bajo resguardo y las del Templo Redondo, prácticamente han desaparecido.
Una de las características más importantes de estas pinturas, explicó, es que nos muestran la clara influencia tolteca en ella, con dibujos y técnicas artísticas que dan cuenta de la conexión entre el área maya y el centro del país.
Desde 2013, especialistas en conservación y restauración trabajan en tareas como la eliminación del polímero que fueron colocadas sobre las pinturas, ya que aunque se pensó sería una solución para conservarlas, a la larga se comprobó que este proceso ayudaba al deterioro de las mismas.
Otro problema es que el polímero provocó que las pinturas tuvieran un cambio de tonalidad, pues presentaban un azul obscuro e intenso cuando en realidad -como es el caso de "Símbolos solares"- sus tonos son predominantemente azul maya, es decir, un azul bajo y alegre.
Y es "Símbolos solares" la representación de un disco solar, el cual emite rayos, elemento que a su vez es custodiado por dos personajes mayas, aparentemente guerreros, los cuales son representados en tonos ocres.
La técnica consiste en utilizar prácticas antiguas en las cuales se fijaba añil a una arcilla, es decir son pinturas elaboradas con base mineral, lo que ayudó a su conservación por muchos años. Para el caso de los tonos rojizos y ocres, se utilizaban tierras y óxidos que permitían obtener estas tonalidades.
Otras técnicas empleadas con miras a la conservación de los murales es el colocar ribetes en la parte superior y en la inferior, el material duro se cambia por otro más suave que impida que la humedad ascienda y esta escape por la pintura.
Escalante Hernández recordó que aunque en la actualidad los edificios de las zonas arqueológicas muestran las piedras con las que fueron edificados, existe evidencia para afirmar que las paredes y pisos estaban estucados y sobre este material se pintaban murales.
Reconoció que existen numerosas zonas arqueológicas, como Chichén Itzá o Dzibilchaltún, que poseen murales, sin embargo, el deterioro de los mismos o la lucha para su conservación, impiden que sean expuestos al público.
La exploración, rescate y conservación de Mayapán es muy reciente, básicamente inició en la década de los noventa del siglo pasado, por lo que solo algunos fragmentos de estuco fueron conservados y por ende, de pintura mural.
La existencia de pinturas murales prehispánicas en Yucatán y en el país son muy pocas, no es algo común y lamentablemente muchos se deterioraron, como el caso de la sección de nichos pintados, no solo por la humedad y el cambio de clima, sino también por factores como el calor del visitante.
En relación con el cambio climático, evocó que 2014 fuera considerado un año de intensas lluvias sobre la región norponiente del estado y por el contrario, 2015 de intensa sequía.
Cambios drásticos en la humedad, entrando ésta por la llamada capilaridad y la condensación, lo que provocó la pérdida en 10 por ciento de los "Nichos pintados".
"Si no es intervenido puede contribuir a la destrucción de este patrimonio, por lo que debemos continuar con la restauración de estos espacios, por lo que es la única forma de garantizar que estos estén bien conservados", finalizó.