En las recientes estadísticas sobre el ahorro para el retiro hay buenas y malas noticias. La buena noticia es que el ahorro para el retiro en alcanzó su cifra más alta en 2016: 10.41 billones de pesos tan sólo en enero, lo que se tradujo en una variación anual de 3.3%, de acuerdo con cifras del Banco de México.
La mala noticia es que acuerdo con encuestas gubernamentales, durante años anteriores sólo tres de cada 20 mexicanos desarrollaron hábitos de ahorro. ¿La parte más preocupante? Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), para lograr un retiro adecuado es necesario ahorrar a partir de los 20 años y alrededor de 40 años consecutivos.
E inclusive aquellos que estamos ahorrando, no lo estamos haciendo en la cantidad adecuada.
Así que, con estas aterradoras estadísticas, ¿por qué no estamos ahorrando más? ¿Por qué muchos de nosotros, cuando enfrentamos el reto de un retiro magro, o al menos uno que no va al parejo de nuestras expectativas, clavamos la cabeza en la arena y pensamos en otra cosa?
Ahorrar es difícil
La respuesta obvia es que no tenemos el suficiente dinero para hacer algo diferente. El costo de la vida diaria nos deja con nada para ahorrar.
Si bien eso es una realidad para algunas personas, no lo es para todos. Muchos de nosotros tenemos suficiente para ahorrar un poco más, pero preferimos mejor gastarnos el dinero. Si eso suena como algo que tú haces, un consuelo que te puedo dar es que, de acuerdo con la ciencia, los humanos hallamos la forma natural de ahorrar para el futuro.
Parte de la razón tiene que ver con que todos tenemos un "sesgo del presente". El presente nos parece más importante que un distante futuro, así que gastamos en el ahora y nos olvidamos de ahorrar para después. También nos podría costar trabajo imaginar a nuestros futuros yo, por tanto, no generamos empatía con nuestros apuros del mañana.
Si bien podemos ser muy buenos al trazar presupuestos para el diario, tendemos al sobregasto cuando consideramos ocasiones especiales en nuestras vidas, acabando cualquier ahorro que hayamos podido acumular.
Hay otras razones. La creciente desigualdad podría empujarnos a gastar tontamente a fin de ir a la par que nuestros mejor posicionados vecinos. La vida también está llena de irritaciones menores y llenar un formato para abrir una cuenta de ahorros pareciera ser una de esas tareas que mejor guardamos de forma automática para una fecha futura que en realidad nunca llega.
¿Cómo nos ayuda la ciencia a ahorrar más?
Así que muchos de nosotros no somos ahorradores por naturaleza y las circunstancias actuales podrían hacer más difícil que tengamos ese hábito de guardar.
Nuestro sesgo en contra del irritante llenado de formatos propician que gastemos hoy, puede evitarse con modelos laborales en los que los empleados se inscriben de manera automática en esquemas de pensiones. Dicho modelo, a la fecha, se despliega por todo el país por firmas en respuesta a la legislación. Podemos elegir no entrar en estos esquemas, pero se necesita hacer trámites. En este caso, el no hacer nada podría ser la mejor política a aplicar.
La ciencia también sugiere que es necesario imaginarnos en una edad futura. Aunque no sea sencillo, podría ayudarnos a tomar mejores decisiones para el ahorro. Por ejemplo, un estudio descubrió que la gente se muestra más asertiva y responsable luego de que se le muestran fotos de ellos mismos alteradas digitalmente. De pronto, cuando confrontamos nuestra persona futura, podemos a reflexionar sobre qué significa llegar a ser viejo.
Existen calculadoras virtuales que te ayudan a saber cuánto tienes que ahorrar para retirarte a la edad que contemplas hacerlo. Puedes revisar la del Instituto Mexicano del Seguro Social aquí.
Enfócate a consciencia en lo que quieres que sea tu vida en unos 20, o 30 o 40 años, y entonces destina el dinero para financiar ese futuro. La clave puede ser iniciar con poco. Al añadir pequeñas cantidades de manera regular pareciera que no estás apostando mucho a la larga, pero sirve para desarrollar el hábito del ahorro. Una vez que consolides esa costumbre será más probable que aumentes el monto que querrás ahorrar después.
Finalmente, automatizar el proceso de ahorro lo más que se pueda será de gran ayuda. Podrías pensar en abrir una cuenta bancaria que de forma automática te permita ahorrar un porcentaje que puedas costearte (una vez que hayas cubierto tus gastos básicos).