Noticias de Yucatán.
VALLADOLID.- El fervor popular, la religiosidad que se
vive día con día y la conexión espiritual que los feligreses vallisoletanos y
visitantes tienen con la Santísima Virgen de la Candelaria, dan pie a una serie
de vivencias, milagros, creencias y ánimo de fé y esperanza por gracias
pedidas, concedidas o en proceso de obtenerse, que incrementan la devoción
mariana.
Durante la celebración de las festividades religiosas
mucha gente de Valladolid -de todos los estratos sociales-, y gente nacida
aquí, pero radicada en Mérida, Playa del Carmen, Cozumel, Cancún y otros puntos
del país, tienen una cita puntual anual para acudir a 'encomendarse' a la Santa
Virgen de la Candelaria, a rezarle, a 'prenderle' sus velas y con su
"ruda" recibir las bendiciones de nuestra Madre María, para ellos y
sus familias.
Ahí desfilan desde muy temprano las personas en las
misas, rosarios, gremios o visitan la Sagrada Imagen para venerarla y pedirle
en una plática mental, con oraciones y con profunda fe, por la familia, la
salud, el trabajo y recibir las bendiciones marianas. Velas encendidas en mano,
con sus ‘ramitas’ de ruda en mano, y con un profundo sentir y profunda
reflexión espiritual se acogen al manto divino.
En el fervor religioso del Pueblo Mágico, los fenómenos
de las apariciones y la milagrosidad de la Candelaria están presentes en la
memoria colectiva de los habitantes del barrio de la Candelaria,y en general de
la ciudad, y son continuamente expresados en forma de relatos, como el que
habla sobre el milagro que originó la celebración religiosa.
"Hace mucho tiempo azotó una epidemia de viruela en
toda la ciudad, que los vecinos y pobladores decidieron encomendarse a la
Virgen para que los librara de aquella terrible enfermedad. La Virgen de la
Candelaria hizo el milagro y se le empezó hacer su fiesta".
Este acontecimiento no se logró borrar de la memoria
colectiva en el milagro terapéutico que dio origen a la celebración de la
Virgen de la Candelaria, y que es ampliamente conocido entre los habitantes del
barrio y transmitido de generación en generación como una prueba legítima de la
milagrosidad de la imagen y como razón suficiente para su pasada y actual
veneración.
Durante la llamada ‘Guerra de Castas’, que inició en 1841
y que se dio por concluida oficialmente en 1902, los indios rebeldes tuvieron
en jaque a las tropas oficiales y avasallaron pueblos, villas y ranchos del Sur
y del Oriente de la Península, asimismo, muchos templos fueron profanados y
algunos curas fueron perseguidos y asesinados. Se comenta que en aquella época
los militares imbuídos en la mentalidad de tiempo de guerra, se dedicaron en
algunas ocasiones a rescatar imágenes católicas para evitar su profanación y
las trasladaban a parroquias consideradas más seguras, fuera del alcance de los
rebeldes, lo que fue catalogado por los indígenas como despojo y profanación.
Por otra parte, la “Guerra de Castas” hizo que en
Valladolid las festividades religiosas se interrumpieran o suspendieran dada la
efervescencia social que prevalecía en esos días y sobre todo en esa región,
pero es en este contexto, según los vecinos, donde la Patrona de Valladolid
vuelve a desplegar su poder y es así como comienza a realizar milagros
colectivos, manifestación de su propia naturaleza sobrenatural.
"Una vecina me contó que los indios durante la
Guerra de Castas se ocultaban en una rehoyada que está en la parte trasera de
los terrenos de la iglesia… muchos vecinos reconocen que todavía existe… hubo
una vez que muchos niños y mujeres entraron a la rehoyada con el afán de
ocultarse de las fuerzas militares y le pidieron a la Virgen con mucho fervor
que los protegiera y que si los descubrían, que por su gracia celestial los
volviera invisibles y así sucedió. Cuando los generales entraron a la rehoyada
no vieron a nadie, todo gracias a la Virgen de la Candelaria."
Se comenta que existen otro tipo de milagros más
personales, familiares que han sido producto de la intercesión de la Virgen de
la Candelaria:
"También mi nuera estaba muy enferma de sus riñones
y le sugerí que le pidiera a la Virgen con fervor para que saliera bien de su
operación; pues resulta que después de su operación mi nuera quedó embarazada…
no se cuidó… y entró en serio riesgo porque los doctores le habían dicho que se
cuidara para que no quedara embarazada… los nueve meses estuvo pegada a la
Virgen de la Candelaria, para febrero compró un pedazo de tela y se la llevó a
doña Anita para que confeccionara un vestido que le regaló a la Virgen y al fin
y al cabo mi nuera salió bien del parto", relata una feligrés.
Es una creencia local muy acendrada de que la Virgen de
la Candelaria es muy milagrosa, porque muchas personas han atestiguado en favor
de ella y las personas antiguas afirman sus milagros, porque ella "es
candela y simboliza la luz".-El Oriente. Con datos de “Entre apariciones y
milagros. El culto a la Virgen de la Candelaria en Valladolid”. De Efraín
Medina Alcocer. Publicado por la Uady).