El Gobierno de Brasil ha dejado de publicar un total
acumulado de muertos e infectados del nuevo coronavirus, en una decisión
extraordinaria que las voces críticas describieron como un intento de ocultar
el alcance real de la enfermedad en el país más grande de América Latina.
La medida del sábado llegó tras meses de críticas de los
expertos, que describieron las estadísticas brasileñas como muy deficientes, y
en ocasiones manipuladas, de modo que quizá sea imposible conocer jamás el
alcance de la pandemia en el país.
Los últimos datos oficiales registraban más de 34 mil
muertes en Brasil relacionadas con el coronavirus, la tercera cifra más alta
del mundo y superando a Italia. También contabilizaban casi 615 mil
infecciones, lo que les situaba en segundo lugar, por detrás de Estados Unidos.
Brasil, con unos 210 millones de habitantes, es el séptimo país más poblado del
mundo.
El Ministerio de Salud retiró el viernes un sitio web donde
se mostraban las cifras diarias, semanales y mensuales de contagios y muertes
en los estados de Brasil. El sitio volvió a funcionar el sábado, pero los
totales de infecciones por estados y para todo el país ya no aparecían. Ahora
la web sólo muestra las cifras de las 24 horas previas.
El presidente Jair Bolsonaro tuiteó el sábado que los
totales de la enfermedad “no son representativos” de la situación actual del
país. Fiscales públicos anunciaron una investigación sobre las justificaciones
del ministerio de Salud para realizar el cambio.
Un aliado de Bolsonaro dijo al periódico O Globo que al
menos algunos estados que enviaban cifras al Ministerio de Salud habían mandado
datos falsificados, insinuando que estaban exagerando las cifras. Carlos
Wizard, un empresario que se espera asuma un puesto de alto nivel en el
Ministerio de Salud, dijo que el gobierno haría una investigación para
determinar unas cifras “más precisas”.
“El número que tenemos hoy es fantasioso o manipulado”, dijo
Wizard.
Un consejo de secretarios estatales de salud dijo que se
opondría a los cambios anunciados por Bolsonaro, que ha restado importancia a
la pandemia del coronavirus y tratado de frustrar los intentos de imponer
cuarentenas, toques de queda y distanciamiento social, alegando que esas
medidas hacen más daño a la economía que la pandemia.
“El intento autoritario, insensible, inhumano y poco ético
de hacer invisibles las muertes por COVID-19 no prosperará”, afirmó el sábado
el consejo de secretarios de Salud.
Gilmar Mendes, juez del Supremo Tribunal Federal, tuiteó el
sábado que “manipular estadísticas es una táctica de los regímenes totalitarios”.
Joao Gabbardo, el ex segundo funcionario de mayor cargo en el ministerio de
Salud, dijo al canal de televisión GloboNews que revisar el saldo de muertos
“demuestra una falta de inexperiencia al frente del ministerio de Salud. Esa
revisión no tiene sentido. Cuando los países hacen eso, las cifras aumentan”.
Aunque contabilizar con precisión los casos y muertes del
virus resulta difícil para los gobiernos de todo el mundo, los investigadores
de salud llevan semanas diciendo que varias irregularidades graves en las
estadísticas del gobierno brasileño hacían imposible hacerse una idea de un
brote en plena expansión.
En todo el mundo, las muertes registradas por coronavirus
están por debajo de las reales, debido a la falta de pruebas diagnósticas.
Grupos académicos en docenas de países han intentado determinar la magnitud de
esa discrepancia estudiando las muertes totales en un periodo determinado y
comparándolas con la media de años anteriores en un país, nación, región o
ciudad concreta. Cuando se identifican aumentos no explicados en las muertes,
probablemente se debe a casos no diagnosticados de coronavirus.
En Brasil, los intentos de académicos y otros expertos
independientes de comparar estas cifras han chocado de forma drástica con
problemas con las estadísticas del gobierno que les sirven de base.
“Es muy difícil hacer predicciones que te parezcan fiables”,
explicó Fabio Mendes, profesor adjunto de programación en la Universidad
federal de Brasilia, que estudia las estadísticas brasileñas sobre el coronavirus.
“Sabemos que los números son malos”.
El Ministerio de Salud no respondió a preguntas sobre las
acusaciones de los expertos sobre las cifras.
La dimensión de los problemas con los datos de Brasil quedó
clara el mes pasado cuando académicos que revisaban certificados de defunción
reunidos por la oficina federal del Registro Civil “que recopila los datos de
mortalidad de todos los estados del país” encontraron fluctuaciones drásticas y
sin explicar en el número de muertes mensuales en los últimos años, y
discrepancias desconcertantes entre estados.
En el estado de Río de Janeiro, la media de muertes
mensuales cayó de forma brusca a partir de enero de 2019, un cambio que el
Registro Civil atribuyó a que el tribunal estatal envió datos duplicados en 2018
y años anteriores. La media de muertes mensuales en Manaos, capital del estado
norteño de Amazonas, era más del doble después del cambio, que la oficina
atribuyó a una demora en el envío de datos.
El 14 de mayo, cuando investigadores independientes cuestionaron
estas inconsistencias, el Registro Civil retiró más de 500 mil certificados de
defunción de su sitio web, afirmando que la mayoría eran de Río de Janeiro y
que tenían que revisar el contado de datos en todo el país para asegurarse que
las estadísticas de los diferentes años eran consistentes entre sí.
Eso hizo prácticamente imposible hacer análisis estadísticos
significativos del aumento de las muertes en Río de Janeiro o Amazonas, dos de
los estados brasileños más afectados por el coronavirus.
“Guau”, dijo Jesús Gómes-Gardeñes, profesor asociado de
física y epidemiología computacional en la Universidad de Zaragoza, que ha
estudiado las estadísticas de coronavirus en su España natal. “Medio millón es
muchísimo”.
Otra forma de detectar las muertes no contabilizadas del
virus es mirar las muertes atribuidas a otras causas, como neumonía e
insuficiencia respiratoria. Cuando no se hacen pruebas de forma generalizada, a
menudo uno o más de esos problemas aparece como causa de las muertes por
COVID-19, la enfermedad que provoca el coronavirus.
El segundo estado más poblado de Brasil, Minas Gerais, ha
registrado apenas 368 muertes por coronavirus y recibido elogios por su gestión
de la pandemia. Pero datos de Fiocruz, una respetada fundación gestionada por
el estado y dedicada a la investigación y desarrollo en biología, muestras que
las muertes de infecciones respiratorias graves en el estado se multiplicaron
por ocho entre 2019 y 2020, a mil 796.
En Río de Janeiro, la cifra total de muertos por neumonía e
insuficiencia respiratoria en las nueve semanas hasta el 18 de mayo era de 6
mil 090 personas más que en el mismo periodo del año anterior. Pero la cifra de
muertos por COVID-19 reportada por el Ministerio de Salud para ese periodo era
de 2 mil 852, menos de la mitad de los casos sospechosos.
El 22 de mayo, mientras medios e investigadores
independientes debatían las discrepancias, el Registro Civil bajó de 6 mil 909
a 3 mil 599 el número de muertes por neumonía e insuficiencia respiratoria en
el estado. La oficina dijo que se debía a una reordenación de los certificados
de muerte que enumeraban varias causas relacionadas con la muerte.
Más allá de los cambios y de la información incompleta, los
críticos señalan que el gobierno federal brasileño ha socavado más aún la
confianza en sus registros con cambios cosméticos en los sitios web oficiales,
que parecen diseñados para camuflar la gravedad de la epidemia.
Un boletín publicado por la oficina de prensa del presidente
se refiere a los pacientes hospitales en unidades de cuidados intensivos como
“en recuperación” a pesar de que un número significativo termina muriendo de
COVID-19.
“Nos estamos convirtiendo en una broma internacional en
términos de salud pública”, dijo Domingo Alves, profesor asociado de medicina
social en la Universidad de Sao Paulo. “Las muertes no pueden ocultarse por
decreto”.
Fuente: El Informador.