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Puebla. Ana Lilia Montiel de la Torre vivió la peor pesadilla que pudiera existir dentro del seno familiar. Al principio solo era su esposo el que le daba tratos inhumanos. Sin embargo, cuando sus hijos comenzaron a crecer hicieron lo mismo.
La mujer era obligada a trabajar, pero le robaban su dinero; debía hacerles de comer, pero a ella no le daban comida. Y aunque años después logró escapar, finalmente falleció a los 50 años de edad por la serie de enfermedades que adquirió, incluso una severa desnutrición.
Los presuntos responsables, su esposo e hijos tuvieron el descaro de reportarla como desaparecida, aunque en realidad la tenían propiamente secuestrada dentro de su hogar. Hoy, ya están tras las rejas.
Esta desgarradora historia que prevaleció durante 20 años la reveló la Fiscalía General del Estado (FGE) en su habitual conferencia de todos los jueves. La institución inició con las diligencias cuando el pasado 3 de agosto Ana Lilia murió en el Hospital General de Cholula.
Alejandro García Badiola, titular de la Fiscalía Especializada en Investigación de los Delitos de Desaparición Forzada de Personas y Desaparición Cometida por Particulares reveló que el calvario de la víctima comenzó en 2004.
En ese año inició una relación con Christian Aldo N., pero dos años después él abandonó el hogar para vivir con otra mujer. Sin embargo, en 2007 regresó a la vida de Ana Lilia y la situación se deterioró aún más. En ese intervalo de tiempo nacieron los tres hijos de la pareja, pero Christian nunca trabajó, pues vivía de las rentas de una propiedad de la mujer.
Ana Lilia sobrevivió durante años con agua y azúcar
En 2017, tras la muerte de la madre de Ana Lilia, ella heredó una casa, pero su agresor la convenció de venderla, prometiendo construir una mejor. Después de la venta, le arrebató un millón 300 mil pesos, dejándola sin hogar y bajo su control total.
La violencia ejercida por Christian Aldo N. no cesó en ningún momento. La mantenía amenazada, obligándola a trabajar tapizando interiores de vehículos para después quitarle todo el dinero que ganaba.
En abril de 2021, él abandonó nuevamente a Ana Lilia, esta vez dejándole a sus hijos Luis Enrique N., Martha Julia N. y una menor cuya identidad está reservada, consecuentemente para que se hiciera de todos los gastos que esto implicaba.
A partir de ese momento, sus propios hijos comenzaron a agredirla física y verbalmente, con amenazas y sometimiento constantes. Le decían que no servía para nada y que lo mejor sería que se suicidara.
Le prohibieron comer y salir de su propia casa
A Ana Lilia la sometieron a una vida de extrema miseria. No la dejaban salir de la casa sola, ni ver a nadie. Incluso le prohibían comer los alimentos que le obligaban a preparar para ellos. Como resultado, se vio reducida a subsistir con agua y azúcar, mientras una vecina, en contadas ocasiones, le proporcionaba algo de comida.
En los últimos tres años, estuvo prácticamente privada de la libertad, obligada a trabajar sin alimento, lo que la llevó a un estado de desnutrición tan severo que perdió todos sus dientes y sufría desmayos frecuentes.
Cuando esto sucedía, la dejaban tirada en el piso hasta que recuperaba la consciencia y cuando lo hacía le ordenaban seguir trabajando.
García Badiola siguió relatando que el 18 de mayo de 2024, Ana Lilia logró escapar cuando sus hijos no estaban en casa. Buscó ayuda con una amiga, quien la presentó ante la Fiscalía General del Estado al enterarse que estaba reportada como desaparecida.
Su salud era bastante precaria tras 20 años de maltrato
Su estado de salud era tan delicado que la trasladaron inmediatamente al Hospital General de Cholula, donde ingresó pesando solo 38 kilos. Ahí la diagnosticaron con desnutrición severa porque no comía, infección capilar causada por parásitos, tuberculosis pulmonar, disnea, desequilibrio hidro-electro-lítico, infección de tracto urinario y trastorno mixto de ansiedad y depresión.
Por todo lo anterior, el 22 de mayo de 2024 la Fiscalía otorgó medidas de protección a Ana Lilia para que su expareja Christian Aldo N. y sus hijos se abstuvieran de:
Acercarse o comunicarse con ella, no asistieran o se acercaran a su domicilio, tuvieran la prohibición de realizar conductas de intimidación o molestia a la víctima y entregaran de manera inmediata objetos de uso personal y documentos de identidad de la víctima.
También se previó la protección policial de la víctima y auxilio inmediato por integrantes de instituciones policiales al domicilio donde se localizara.
El 29 de julio de 2024, la Fiscalía solicitó y obtuvo orden de aprehensión en contra de Christian Aldo, Luis Enrique y Martha Julia como probables responsables del delito de trata de personas en su modalidad de retención con fines de explotación a través del trabajo forzado.
Los responsables están presos
El 4 de agosto, agentes ministeriales cumplieron la orden de captura en contra de los tres probables responsables, quienes fueron puestos a disposición de la autoridad judicial.
El fiscal Alejandro informó que “el 6 de agosto, en audiencia judicial inicial, se formuló imputación en su contra, solicitando los imputados la duplicidad del término constitucional para que se resolviera su situación. Fijándose el 09 de agosto de 2024 para continuar la audiencia de vinculación a proceso”.
Lamentablemente, el 3 de agosto a las 07:05 horas, estando internada en el Hospital General de Cholula, Ana Lilia falleció a consecuencia de su deteriorada condición de salud ocasionada por los malos tratos de su propia familia.
Por ello, puntualizó García Badiola, se están realizando los actos de investigación para acreditar los delitos que resulten y proceder legalmente contra los responsables de este indescriptible hecho que ha generado enorme consternación en todos los sectores sociales.