En un caso más de maltrato a animales, un caballo que jalaba una carreta cargada con tierra se desvaneció ayer, a causa del cansancio, cuando transitaba por el Anillo Periférico.
El animal, con la piel desgarrada por los contantes latigazos, no podía ponerse de pie, a pesar de la insistencia de sus dueños, unos vendedores de tierra que querían a toda costa colocarle de nuevo la carreta para seguir con la venta.
El caso motivó la indignación de automovilistas que pasaron por el sitio y requirió de la intervención policíaca.
—No tiene sed, no tiene sed —repetía uno de los “tierreros” ante las reclamaciones de automovilistas, peatones e incluso agentes de la policía estatal que se reunieron en torno al maltrecho animal.
A regañadientes, los “tierreros” aceptaron darle agua al noble animal, que para sorpresa de ellos —más no de los automovilistas— bebió el contenido de dos cubetas. El hecho ocurrió en el Periférico, a la salida a Caucel. Los “tierreros” siguieron su camino luego que el animal descansó un rato.
