(1)Se da por descontado que la detención de Harol Spencer Camargo Cab es un "cuatro": supuestamente atacó con una navaja a cuatro policías ministeriales, antes agentes de la Judicial del Estado.
Al declarar en fase preparatoria en el Juzgado 6o. Penal, dijo que era increíble que hubiera atacado a cuatro policías.
En el expediente aparece que el inculpado atacó a los agentes, quienes se defendieron y lograron "someter" al acusado. Le atribuyen portación de armas e instrumentos prohibidos, ataques peligrosos y la agravante de haberse cometido contra un funcionario público.
Se espera que este expediente no progrese, pero es adecuado para mantener a Camargo Cab en prisión en tanto se expide la orden de detención.
Algo similar ocurre cuando la dependencia solicita un arraigo, pues a menos de media hora que un juez autoriza la "detención y localización" de un acusado, el inculpado es presentado ante el tribunal que lo ordenó.
Es decir, en la práctica, el acusado, investigado o sospechoso en realidad está detenido sin que medie la orden de un juez. Luego, esa aprehensión se intenta formalizar por medio de una solicitud de arraigo.
En estos casos prácticamente todos los jueces conceden las peticiones de arraigo a pesar de que los detenidos son presentados a unos minutos de que se haya ordenado su "localización y presentación".
Eso significa que cuando la Fiscalía General solicita que se le autorice localizar a determinada persona, en realidad está detenida desde horas antes.
Luego sólo se cumple un formalismo
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