En las noches de marzo y abril de 2010, en algunos sectores de Celestún se podía apreciar lo que parecía neblina. En realidad era el vapor que se desprendía de numerosos "sancochaderos" clandestinos de pepino de mar, que, al ser cocido, dejaba sentir su característico olor dulzón.
Era el principio de una intensa actividad ilícita que se prolongó hasta julio de ese año, cuando la Sagarpa otorgó "permisos de fomento" -nombre oficial para la explotación- a 17 organizaciones en Yucatán.
De acuerdo con cifras de la Sagarpa, este año se reportó el fallecimiento de cinco pescadores que sufrieron descompresión durante la captura de pepino de mar. El gobierno del Estado maneja una cifra diferente, de tres muertos.
Una idea de la importancia económica de esta pesquería radica en los decomisos durante la temporada que concluyó en mayo. El valor de ese producto, más el de embarcaciones y otros bienes, es de 13 a 14 millones de pesos, según la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).
Funcionarios vinculados al sector reconocen que hay fuertes intereses económicos en esa actividad. El comisionado nacional de Conapesca, Ramón Corral Avila, admite que "hay mafias" detrás del pepino de mar, pero precisa: "Son chinas".
Los intereses quedaron de manifiesto en el reciente robo de 15 toneladas en una congeladora de Progreso, caso del que informamos con amplitud.
Oficialmente, en 2011 la Sagarpa entregó 61 "permisos de fomento" para un total de 200 embarcaciones. Sin embargo, cálculos conservadores del sector pesquero indican que en la captura participaron más de 900 lanchas.
La mayor parte de los permisos corresponde a Celestún. Le siguen Sisal, Progreso, Chicxulub Puerto, Dzilam de Bravo, y Chuburná.
Entre los nombres de quienes tienen las autorizaciones sobresale el de Gaspar Marín, a quien se vincula con la Sagarpa. Se le reporta como operador de 22 lanchas en cuatro cooperativas de Celestún: "Ensenada de Celestún", "Nohoch Cuch", "Punta Celestún" y "Cayo Arena".
En total, Celestún recibió autorizaciones para 109 embarcaciones, aunque en la práctica hay cinco veces más esa cantidad en la pesca de pepino.
En temporada fuera de captura oficial, los comercializadores ilegales de la especie se encargan de dotar de ollas enormes, quemadores y tanques de gas a las familias de pescadores.
En próxima entrega abordaremos la lista de personas que recibieron los permisos de captura para el período más reciente.- Angel Noh Estrada
permisos "de fomento" se entregaron, oficialmente, en la reciente temporada, que terminó en mayo.
lanchas ampararon esos permisos, pero el número se disparó y todavía hay algunas en esa pesquería.
embarcaciones, por lo menos, se dedicaron a la captura de esa especie. La sobreexplotación fue clara
ton de producto fresco fue la captura oficial, pero se calcula que en los hechos superó las 6,000.
Y enseguida explica la razón de su señalamiento:
-No les interesa que el pepino se acabe en Yucatán en uno o diez años o en seis meses.
Entrevistado en una visita que realizó a mediados de mayo a Yucatán, Corral Avila considera también que es solo un mito la idea de que el pescador se hace rico en forma rápida en la captura de pepino de mar.
Política y Gobierno
"La cifra real de lo capturado ilegalmente la tendremos cuando recibamos un reporte de Aduanas", dice el titular de esa comisión, Ramón Corral Avila.
Sin embargo, no necesariamente toda la captura pasa por esa vía. Se habla incluso de mafias involucradas en esta pesquería, que propician corrupción. El propio comisionado de Conapesca reconoce la existencia de grupos delictivos, pero dice que son de China, país que constituye el mercado principal del pepino de mar.Los precios que se pagan por el producto son un atractivo imán para el pescador, que incluso arriesga la vida. En la reciente temporada fallecieron seis personas descompresionadas, según un reporte de Sagarpa