Noticias de Yucatán
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A dos días de que concluya la temporada de pepino de mar -mañana es el último día para su captura- los pescadores de diferentes lugares de la región trabajan a marchas forzadas para sacar un mayor provecho económico con la explotación del recurso marino.
En la costa yucateca hay campamentos de pescadores de varios estados, pero la mayoría está en la zona de Telchac a Dzilam de Bravo, donde se ha detectado mayor presencia del pepino de mar, más cerca de la costa y a menor profundidad.
Durante un recorrido se constató que al menos en el campamento de San Crisanto hay embarcaciones y pescadores de Cancún, Playa del Carmen, Veracruz, Campeche y Tabasco, además de los yucatecos.
Las autoridades permitieron capturar 250 kilos de pepino de mar por día, pero continúa la presencia de pescadores ilegales, lo que ha ocasionado una sobreexplotación y, en consecuencia, la caída de los precios.
Un pescador corta el pepino de mar capturado en la costa yucateca, donde se calcula que unas 5,000 personas se dedican durante estos días a capturar esa especie marina
Este año la Comisión Nacional de Pesca (Conapesca) autorizó cuatro zonas para explotar el recurso: Celestún y Sisal; Progreso; de San Crisanto a Río Lagartos, y Río Lagartos, San Felipe y El Cuyo, donde autorizó a 300 embarcaciones y 1,200 pecadores. Sin embargo, se calcula que hay unos cinco mil hombres de mar en esa labor.
Por ejemplo, el año pasado se vendió a 90 pesos el kilo, a principios de la temporada actual se vendía a 70 pesos y ahora hay compradores que sólo ofrecen 18 pesos.
Integrantes de un campamento pesquero en San Crisanto afirman que la mayoría de las embarcaciones se han concentrado de Telchac a Dzilan de Bravo, pues de Celestún a Sisal, donde la explotación se centró el año pasado, el pepino de mar está lejos de la costa y a mayor profundidad, de modo que es más costoso, por el consumo de combustible, y más peligroso para los buzos.
En Progreso el recurso es escaso y en la zona de San Felipe y El Cuyo, está muy disperso lo que hace más difícil su captura.
“Por eso la mayoría de las embarcaciones están en la zona 3, de San Crisanto a Río Lagartos, pues hay pepino en grandes concentraciones a 15 kilómetros de la costa y a menos de 20 metros de profundidad”, precisan los entrevistados.
Aunque las autoridades federales y estatales han logrado avances importantes para regular la explotación del recurso, en lo que se refiere a la seguridad de los pescadores y métodos de captura es casi nula, ya que la mayoría de los hombres de mar incursiona en la captura en condiciones rudimentarias, ya que no cuentan con el equipo básico y no se siguen la metodología requerida para evitar la descompresión.
La mayoría trabaja con equipos obsoletos, como una compresora, un barril de cerveza con un regulador de presión y una manguera adaptada a una boquilla, sin embargo carecen de reloj contra agua para saber el tiempo que llevan dentro del mar o el equipo para saber a qué profundidad se encuentran.- Alejandro Moreno Peña
Especie | Comercio
Compradores
Detrás de la pesquería del pepino de mar en el Estado, además de cientos de pescadores, hay amplia red de compradores que opera en toda la costa y en Mérida.
De Mérida
Además de los conocidos pacotilleros, permisionarios y empresarios de los principales puertos del litoral, están incursionando compradores de Mérida.
Medio centenar
Según las fuentes, en Mérida hay al menos 50 personas, entre restauranteros, transportistas y comerciantes que se dedican a la compraventa del pepino de mar y que por el giro de sus negocios no son inspeccionados y mucho menos cateados por los inspectores de la Conapesca, y policías estatales y federales.
Contacto directo
Estos comerciantes meridanos tendrían los contactos con los compradores asiáticos que proporcionan los recursos económicos.
