Exigen justicia para Melisa

04 noviembre 2013
Noticias de Yucatán ()


Sentido adiós a la joven fallecida por una explosión


MÉRIDA.- Cientos de personas, entre familiares, amigos y conocidos se congregaron ayer en la funeraria del IMSS para velar el cuerpo de Melissa Jacqueline Baas Chi, de 17 años, quien murió por las graves quemaduras que sufrió durante la explosión de una pipa de gas butano ocurrida la tarde del 23 de octubre en el fraccionamiento Polígono 108 CTM.
Los asistentes al funeral de la adolescente pidieron a los medios de comunicación respeto al dolor de la familia.
También pidieron que se aplique todo el peso de la ley a los responsables, que de acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General del Estado, son la empresa Tomza y sus dos repartidores, de los cuales uno está prófugo.
“Deberían de cerrar esa gasera”, exigió un presente.
“Por su culpa se fue una niña inocente que apenas comenzaba a vivir”, reprochó entre sollozos una tía de Melissa.
El clamor de los dolientes es que este caso de “imprudencia y negligencia” de los empleados de la gasera no quede impune.
El cuerpo de la menor, que tuvo 90% de quemaduras, llegó al mediodía y fue velado en la sala 2 de la funeraria del Seguro Social.
La capilla fue insuficiente para la cantidad de personas que llegaron a dar el pésame a los familiares y despedirse de la joven.
La familia colocó fotografías de Melissa Jacqueline y la sala quedó adornada con decenas de ramos y coronas de flores blancas, mismo color que el féretro.
La Secretaría de Seguridad Pública y Policía Municipal de Mérida realizaron una operación vial en la funeraria y en la ruta del cortejo para evitar accidentes.
Durante las honras fúnebres hubo dos misas de cuerpo presente por el descanso del alma de la jovencita.
Las plegarias motivaron el llanto por la pérdida.
Alumnos de la Preparatoria México, donde Melissa estudiaba, comentaron que era una buena muchacha, estudiosa y muy alegre.
Recordaron que el día de la tragedia salió temprano de la escuela y se despidió de sus compañeros. Tenía la ilusión de estudiar medicina.
“Les pedimos que respeten el dolor de la familia”, suplicaron los dolientes, que pidieron el retiro de la prensa.
Melissa Jacqueline resultó con quemaduras en el 90% de su cuerpo luego de la explosión del 23 de octubre de una pipa de la empresa Tomza. Tres días después de las lesiones fue trasladada al Hospital Magdalena de las Salinas, en el Distrito Federal, donde trataron de salvarle la vida, pero el viernes a las 7:45 de la mañana falleció por falla orgánica múltiple.
El entierro de la adolescente en la tumba L-53 del Cementerio Xoclán fue el episodio más dramático de este caso, por el llanto y gritos de dolor generalizado que conmovió y arrancó lágrimas a los numerosos asistentes.
A las 3:40 de la tarde arribó el féretro al camposanto de Xoclán y desde que el ataúd bajó de la carroza los ojos de las personas que asistieron se empañaron de lágrimas.
Cuando los sepultureros bajaron el féretro y empezó el cántico de despedida se intensificó el llanto, gritos de dolor humano y reproches por el mortal accidente.
Una familia vecina de la niña rezó oraciones hasta las 6 de la tarde y con su esposo e hijos reubicó las veladoras para evitar que las apagaran el fresco viento que azotó en el cementerio
compartir en facebook compartir en twitter compartir en google+

Visitas

Opinión

Elecciones

Nota Destacada