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El diputado Francisco Torres Rivas contribuirá con una propuesta para frenar el deterioro que están experimentando varios predios del Centro Histórico de Mérida y, al mismo tiempo, convertirlos en espacios útiles para la ciudadanía.
“Es urgente tener una ley que permita a la autoridad municipal expropiar aquellos predios que representen un riesgo para la población y convertirlos en áreas de utilidad pública gratuita”, señala el legislador en un comunicado.
“En esta situación se encuentran numerosos terrenos baldíos y casas abandonadas en todos los rumbos de la ciudad que serían aprovechados para crear espacios recreativos, de activación física, áreas verdes, de servicios, oficinas de trámites e incluso mercaditos, útiles para la gente de las colonias y del Centro”, agrega.
En el caso de los inmuebles antiguos que se encuentran en el Centro Histórico -indica-, muchos de ellos son considerados sólo “cascarones” que podrían funcionar como estacionamientos vecinales para la gente que vive en el primer cuadro.
Edificios en ruinas podrían utilizarse para variados fines
“Estos vecinos del Centro están imposibilitados para dejar estacionados sus vehículos en las puertas de sus casas por ser vialidades que descongestionan la zona. Sin embargo, muchos tienen familiares de la tercera edad que no pueden caminar varias cuadras”, añade. Sin embargo, sus predios además están protegidos por la ley para hacer modificaciones en sus fachadas y convertirlos en entradas de cocheras.
Convertir los predios abandonados en estacionamientos sería una solución a esa problemática -considera la propuesta de la “Ley Panchito”-. Son vecinos de los que nadie se acuerda, a pesar que viven en el primer cuadro y pagan sus impuestos como todos los demás.
Intención
El legislador del PRI anticipa que este año, en el periodo de sesiones que se iniciará, presentaría su propuesta para actualizar la Ley de Expropiación del Estado y también para una adecuada aplicación del Reglamento para la Limpieza, Sanidad y Conservación de Bienes Inmuebles por parte del Ayuntamiento.
Aclara que el objetivo no es generar una lluvia de multas contra los dueños de esos predios, que en algunos casos adquirieron el predio por herencia y no tienen recursos económicos.”Hay que ser realistas: no todos tienen el dinero para darles mantenimiento y limpieza, incluso sabemos de quienes no saben qué hacer con ellos. Algunos los recibieron por herencia o los adquirieron cuando su situación económica era mejor; otros se encuentran intestados y varios están prácticamente sin dueño porque los familiares han fallecido”, comenta Torres Rivas.En estos casos sería muy útil una Ley de Expropiación actualizada que no les perjudique como legítimos propietarios y además evite la especulación por parte de las autoridades, precisó.Francisco Torres opina que “todos tienen derecho a poseer un terrenito o predio aunque por el momento no les den uso; no es ningún pecado tener una propiedad”.El problema empieza cuando genera animales nocivos, produce inseguridad y contamina las zonas habitadas donde se ubican, “entonces se empieza a afectar a las terceras personas porque viven cerca”.La idea es hacer un convenio entre los propietarios y las autoridades, mediante el cual los primeros, si se comprueba que carecen de recursos, recibirían una compensación económica durante determinado tiempo mientras los segundos crean espacios útiles para la ciudadanía.Al final del convenio, que puede durar varios años según el tipo de inmueble, los dueños cederían en forma definitiva al gobierno municipal la propiedad, pero ya habrán obtenido un beneficio económico y sus vecinos también habrán ganado, explica Torres Rivas.Por último, el diputado Francisco Torres demanda al Ayuntamiento de Mérida hacer su trabajo en el tema de los lotes baldíos, ya que ocasiona muchas molestias y su compromiso era tener “una Mérida para todos”.
Opción | “Ley Panchito”
Francisco Torres Rivas ofrece una propuesta al problema de edificios peligrosos.
Convenio
La idea es que los propietarios, si se comprueba que no tienen dinero, reciban una compensación económica por un determinado tiempo mientras las autoridades crean espacios útiles. Al final del convenio, los dueños ceden en forma definitiva al municipio la propiedad, pero ya habrán obtenido un beneficio económico.