Siete ejemplares de cocodrilo de pantano fueron asegurados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) en el zoológico de la Mulsay a consecuencia de la falta de trato digno y respetuoso.
De acuerdo con un comunicado enviado por la dependencia federal, en atención a varios reportes ciudadanos, personal de la Profepa realizó una visita de inspección al sitio señalado para hacer una revisión de las condiciones que guardan los 78 ejemplares de vida silvestre confinados en el lugar.
Durante la inspección, personal del zoológico presentó su protocolo de bioseguridad, el cual indica que en los casos que los exhibidores cuenten con estanques deben ser vaciados con bombas centrífugas, lavados, cepillados y desinfectados con cloro; posteriormente, son llenados de nuevo, dándose una rotación de tres veces a la semana cada estanque.
Sin embargo esto no bastó para que los inspectores federales de la Profepa observen que en el estanque había un afloramiento excesivo de algas. Asimismo identificaron a un cocodrilo que se encontraba aislado debido a que tiene un tumor en la extremidad izquierda.
Esto llevó a los inspectores a determinar que el zoológico de la Mulsay no cumplió con el protocolo antes mencionado debido a las claras evidencias de faltas al trato digno y respetuoso a los reptiles. En ese sentido, personal de esta Procuraduría procedió al aseguramiento de siete ejemplares de cocodrilo de pantano que se encontraban en esas condiciones de confinamiento.
Con base a lo establecido en la Ley General de Vida Silvestre, el realizar actos que contravengan las disposiciones de trato digno y respetuoso a la fauna silvestre podrán ser sancionados con multas de 20 a 50 mil veces el salario mínimo general diario vigente en el distrito federal.
De acuerdo con un comunicado enviado por la dependencia federal, en atención a varios reportes ciudadanos, personal de la Profepa realizó una visita de inspección al sitio señalado para hacer una revisión de las condiciones que guardan los 78 ejemplares de vida silvestre confinados en el lugar.
Durante la inspección, personal del zoológico presentó su protocolo de bioseguridad, el cual indica que en los casos que los exhibidores cuenten con estanques deben ser vaciados con bombas centrífugas, lavados, cepillados y desinfectados con cloro; posteriormente, son llenados de nuevo, dándose una rotación de tres veces a la semana cada estanque.
Sin embargo esto no bastó para que los inspectores federales de la Profepa observen que en el estanque había un afloramiento excesivo de algas. Asimismo identificaron a un cocodrilo que se encontraba aislado debido a que tiene un tumor en la extremidad izquierda.
Esto llevó a los inspectores a determinar que el zoológico de la Mulsay no cumplió con el protocolo antes mencionado debido a las claras evidencias de faltas al trato digno y respetuoso a los reptiles. En ese sentido, personal de esta Procuraduría procedió al aseguramiento de siete ejemplares de cocodrilo de pantano que se encontraban en esas condiciones de confinamiento.
Con base a lo establecido en la Ley General de Vida Silvestre, el realizar actos que contravengan las disposiciones de trato digno y respetuoso a la fauna silvestre podrán ser sancionados con multas de 20 a 50 mil veces el salario mínimo general diario vigente en el distrito federal.