La evolución de las computadoras, que si bien durante los últimos años sumó nuevas funcionalidades y mejoró su rendimiento en general, podría dentro de muy poco entrar en una nueva era. Recientemente, un labotario de la Universidad de California compró una supercomputadora desarrollada por IBM Research. La máquina en cuestión está inspirada en el cerebro, está compuesta de 16 chips TrueNorth, procesa el equivalente a 16 millones de neuronas y 4 mil millones de sinapsis y consume sólo 2.5 vatios de potencia, lo mismo que una tablet.
El sistema es capaz de inferir tareas cognitivas complejas, como el reconocimiento de patrones y el procesamiento sensorial integrado, de manera más eficiente que los chips convencionales.
Cada uno de los chips del que lo componen consiste en 5.400 millones de transistores conectados entre sí para crear una matriz de 1 millón de neuronas digitales que se comunican a través de 256 millones de sinapsis eléctricas. Como el cerebro humano, estos sistemas -llamados neurosinápticos- requieren menos energía eléctrica y volumen. Consume 70 milivatios de potencia en funcionamiento en tiempo real y realiza 46 giga operaciones sinápticas por segundo.
El Lawrence Livermore National Laboratory, la entidad que adquirió la innovación, quiere hacer uso de la supercomputadora para trabajar con ella en proyectos de cibernética y fuerza disuasiva nuclear.
Esta tecnología representa el despegue fundamental del diseño de computadoras que ha prevalecido en los últimos 70 años y podría ser un complemento de gran alcance en el desarrollo de la próxima generación de supercomputadoras capaces de trabajar a velocidad exaescala, 50 veces más rápido que el sistema más avanzado que exista hoy.
El sistema es capaz de inferir tareas cognitivas complejas, como el reconocimiento de patrones y el procesamiento sensorial integrado, de manera más eficiente que los chips convencionales.
Cada uno de los chips del que lo componen consiste en 5.400 millones de transistores conectados entre sí para crear una matriz de 1 millón de neuronas digitales que se comunican a través de 256 millones de sinapsis eléctricas. Como el cerebro humano, estos sistemas -llamados neurosinápticos- requieren menos energía eléctrica y volumen. Consume 70 milivatios de potencia en funcionamiento en tiempo real y realiza 46 giga operaciones sinápticas por segundo.
El Lawrence Livermore National Laboratory, la entidad que adquirió la innovación, quiere hacer uso de la supercomputadora para trabajar con ella en proyectos de cibernética y fuerza disuasiva nuclear.
Esta tecnología representa el despegue fundamental del diseño de computadoras que ha prevalecido en los últimos 70 años y podría ser un complemento de gran alcance en el desarrollo de la próxima generación de supercomputadoras capaces de trabajar a velocidad exaescala, 50 veces más rápido que el sistema más avanzado que exista hoy.