Menstruar es una experiencia complicada para algunas de nosotras, pues además de sufrir de cólicos, también es necesario poner especial atención en nuestra higiene íntima.
Quizá alguna vez te hayas percatado de que el aroma de tu periodo es distinto al de la sangre en sí, pero esto tiene una explicación científica.
¿A qué no debe oler?
Taraneh Shirazian, doctora y asistente de profesor en el Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Nueva York, fue entrevistada por Refinery 29 al respecto:
“Lo que sale de ahí no sólo es sangre”, dijo. Según la experta, la menstruación está compuesta de moco vaginal, bacterias y tejido del útero.
En canto a lo intenso de su aroma, dependerá de cuánto tiempo estuvo la “mezcla” dentro del organismo. Sin embargo, Shirazian recalcó que esta no debe tener un olor “a pescado”.
Esa clase de hedor es resultado de la humedad que reina en la vagina durante esos días, lo que indica que podría haber una vaginosis bacteriana.
Higiene al por mayor
La forma de evitar el mal olor y, sobre todo, las infecciones es mantener una buena higiene.
Lava muy bien la zona con jabón neutro y sécala a profundidad. Además, cambia tu método para contener el flujo (toallas, tampón o copa menstrual) el mayor número de veces posible.
Eso sí, ¡di no a las duchas vaginales! Estas podrían traer otra clase de complicaciones, como infecciones o, incluso, la enfermedad inflamatoria pélvica.
En caso de que detectes un aroma poco agradable, acude con tu ginecólogo.