Lunes 01 de Agosto de 2016
Jesús Armando Aguilar Arzápalo, de 64 años, pasó la tarde en su domicilio tomando bebidas alcohólicas con un electricista amigo suyo; al no tratarse de la primera vez que decide pasar el tiempo emborrachándose, su esposa se disgusta y le llama la atención.
La mujer se encierra en su habitación, a pesar de que su esposo le asegura que ya dejó de tomar y el electricista ya se fue, no lo deja entrar.
Ya por la noche, sale del cuarto y ve una sombra colgada del adorno de la herrería, prende la luz y reconoce a su marido suspendido con una soga, lo baja y le da respiración de boca a boca, pero el hombre no reacciona.
Sale a la calle a pedir ayuda y los vecinos llaman a la policía.
Los hechos ocurrieron en la calle 76 x 65 del Centro, donde trascendió que el único problema que tenía la señora con su esposo es que bebía casi todos los días.