Noticias de Yucatán
La vida de dos menores de edad estuvo en riesgo al quedar atrapados en medio del fuego que se suscitó dentro la casa donde viven, en Progreso, al registrarse el incendio de un mueble, que al parecer uno de los niños propició por jugar con cerillos.
La vida de dos menores de edad estuvo en riesgo al quedar atrapados en medio del fuego que se suscitó dentro la casa donde viven, en Progreso, al registrarse el incendio de un mueble, que al parecer uno de los niños propició por jugar con cerillos.
La casa donde estuvo a punto de ocurrir una tragedia ayer
miércoles, a las 2:30 de la tarde, está marcada con el número 285 de la calle
33 entre 104 y 106 de la colonia Vicente Guerrero, en el poniente de la ciudad.
El predio lo renta la familia Herrera Pinto, formada por
los esposos José Alejandro Herrera Enríquez, quien trabaja en una congeladora
cercana a la casa, y Johany Pinto Herrera, quienes tienen cinco hijos, dos de
los cuales, se encontraban en el predio al momento del siniestro.
Alejandro, de 4 años, y su hermanita Melani, de 1 año,
estaban solos. La señora que los cuida salió a comprar y la mamá de los menores
se ausentó para llevar a otro de sus hijos al Centro de Atención Múltiple (CAM)
de la Vicente Guerrero. Los otros niños estaban en clases.
El fuego y humo que salía de la casa alertó a los vecinos
que corrieron hasta el predio para averiguar qué pasaba. Como la mamá de los
menores no se encontraba, al escuchar el llanto de los niños, los rescataron,
luego sacaron los muebles que se quemaron y después con cubetas de agua
comenzaron a apagar el fuego, en tanto otros vecinos llamaron a la Policía y
Bomberos.
Como informamos en nota aparte, el vendedor de helados
Juan Ángel Tuyín y el llantero Francisco Javier Chicati Jiménez se convirtieron,
sin pensarlo, en héroes al salvar la vida de los niños, al ser quienes entraron
al predio a rescatarlos.
Desesperación
En cuestión de segundos reinó el caos y la desesperación.
Vecinos y familiares de los Herrera Pinto sabían que en la casa viven cinco
niños y solo tenían a dos que estaban siendo atendidos por paramédicos de la
Secretaría de Seguridad Pública.
—¡Faltan tres niños, dónde están, hay que buscarlos!”,
gritaban las vecinas.
Los policías entraban y salían del predio; la calma vino
cuando les informaron que los otros tres estaban en la escuela.
Johany Pinto, que se encontraba en el CAM, recibió una
llamada de su comadre Elizabeth Martínez Estrella, quien le dijo que había
ocurrido un incendio en su casa y le pidió que se regresara de inmediato.
Recibió la noticia como balde de agua fría.
Al llegar a la casa, la madre de familia encontró
ambulancia, patrullas y policías estatales y municipales, el interior de la
casa chamuscada. Sus hijos estaban en la ambulancia con su suegra. Explicó a
los uniformados dónde se encontraba y les comentó que dejó a sus hijos con una
señora, pero que la mujer salió a comprar y los dejó solos.
Los paramédicos de la SSP atendieron a los dos niños,
quienes solo estaban asustados; no sufrieron quemaduras ni se intoxicaron con
el humo. Los paramédicos abrazaron durante un rato a Melani y Alejandro y
después que se calmaron, se los entregaron a su madre.
Herrera Enríquez fue avisado del hecho. Salió corriendo
de la congeladora para dirigirse a su casa; no pudo evitar el llanto cuando vio
la casa y a sus dos hijos que se salvaron del incendio.
En principio se pensó que la causa del incendio en la
casa de dos plantas pudo haberlo originado un cortocircuito, pero los bomberos
que llegaron para sofocar el incendio, al revisar el predio, se dieron cuenta
que en el piso de la sala de la casa había una cajita y cerillos chamuscados,
que al parecer fueron usados por los menores y quemaron el mueble.
El director de la Policía municipal, Mario Pech Pech,
indicó que los bomberos serían los que finalmente determinen la causa del
incendio. (Megamedia).