Noticias de Yucatán
“Necesitamos tiempo” no siempre es sinónimo de una separación definitiva. De acuerdo con Brian Doss, profesor de psicología de la Universidad de Miami, mantenerte alejado de tu pareja funciona como un tipo de simulacro; al hacerlo cada uno experimenta la situación que viviría en caso de que decidieran terminar con la relación y, después de un periodo razonable, ambos podrían reconsiderar si es, en verdad, lo que desean. Separarse para continuar juntos, funciona. La terapeuta estadounidense Sharon Gilchrest O’Neill ha aconsejado seguir este método a decenas de parejas en los últimos veinte años y, al menos, la mitad han conseguido reemprender una vida juntos.
La especialista compara esta herramienta con aquellas situaciones en las que se discute con la pareja, pero tienen un compromiso en casa de por medio. A pesar de estar molestos el uno con el otro, hacen a un lado el enojo para recibir a los invitados, pasan una tarde agradable y, al despedirlos, algunas veces, se dan cuenta que el disgusto no era tan grave. Pero ¿cómo lograr que sea la distancia sea realmente útil?
Lo primero es establecer el lapso. Según Gilchrest O’Neill, seis meses son el tiempo ideal para liberar tensiones sin generar la sensación de tratarse de una ruptura permanente.
Luego vienen los acuerdos que se deben tomar en conjunto: quién sale de casa y a qué lugar llega, cómo se llevarán las cuentas en conjunto, si hay hijos de por medio, qué se les dirá y cómo fomentarán la convivencia con aquél que no esté.
La última recomendación refiere a las personas con quienes deciden compartir la situación.“¿Qué vamos a decir?” suele salir a la conversación y, por más simple que parezca de resolver al inicio, explicar lo que ocurre a familiares y amigos, generalmente resulta algo complicado. Para ello, Gilchrest O’Neill aconseja mencionarlo sólo a quienes sea indispensable, y de común acuerdo, evitando opiniones que puedan influir en la perspectiva de cada uno. (ELLE).
“Necesitamos tiempo” no siempre es sinónimo de una separación definitiva. De acuerdo con Brian Doss, profesor de psicología de la Universidad de Miami, mantenerte alejado de tu pareja funciona como un tipo de simulacro; al hacerlo cada uno experimenta la situación que viviría en caso de que decidieran terminar con la relación y, después de un periodo razonable, ambos podrían reconsiderar si es, en verdad, lo que desean. Separarse para continuar juntos, funciona. La terapeuta estadounidense Sharon Gilchrest O’Neill ha aconsejado seguir este método a decenas de parejas en los últimos veinte años y, al menos, la mitad han conseguido reemprender una vida juntos.
La especialista compara esta herramienta con aquellas situaciones en las que se discute con la pareja, pero tienen un compromiso en casa de por medio. A pesar de estar molestos el uno con el otro, hacen a un lado el enojo para recibir a los invitados, pasan una tarde agradable y, al despedirlos, algunas veces, se dan cuenta que el disgusto no era tan grave. Pero ¿cómo lograr que sea la distancia sea realmente útil?
Lo primero es establecer el lapso. Según Gilchrest O’Neill, seis meses son el tiempo ideal para liberar tensiones sin generar la sensación de tratarse de una ruptura permanente.
Luego vienen los acuerdos que se deben tomar en conjunto: quién sale de casa y a qué lugar llega, cómo se llevarán las cuentas en conjunto, si hay hijos de por medio, qué se les dirá y cómo fomentarán la convivencia con aquél que no esté.
La última recomendación refiere a las personas con quienes deciden compartir la situación.“¿Qué vamos a decir?” suele salir a la conversación y, por más simple que parezca de resolver al inicio, explicar lo que ocurre a familiares y amigos, generalmente resulta algo complicado. Para ello, Gilchrest O’Neill aconseja mencionarlo sólo a quienes sea indispensable, y de común acuerdo, evitando opiniones que puedan influir en la perspectiva de cada uno. (ELLE).